Rodrigo
Graüe.
"Cuando
eres presidente de un país y te abuchea la tribuna de un estadio de béisbol,
más específicamente la de los Diablos Rojos, y lo único que se te ocurre es
decirles "porra fifí" demuestras que:
1.-
No eres un mandatario sino un franelero venido a más.
2.-Que
no has entendido que gobiernas para todos, no sólo para los que te aplauden.
3.-Que
tu de por sí raquítica capacidad intelectual se vio fuertemente mermada por la
visión deportiva donde sólo existe tu equipo y el equipo contrario, y crees que
el país entero se divide en esas dos opciones.
4.-
Que eres incapaz de estar frente a un micrófono sin atacar o descalificar a
alguien.
Por
lo tanto, estás cortado con la misma tijera que Trump, por mucho que tus feligreses
digan odiarlo.
5.-Que
quienes creíamos que no íbamos a tener un presidente más pendejo que Fox o que
Peña Nieto estábamos muy equivocados.
6.-Que
cada vez que llamamos imbéciles a tus seguidores, más que un afán de insultar
es el mero resultado de una científica observación diaria.
7.-Que recibir de ti o de tu feligresía alguno
de los trillados adjetivos (fifí, mafia del poder, chayotero, neoliberal, etc)
se irá convirtiendo cada vez más en un pequeño orgullo. Ya que significará de
una u otra manera no haber apoyado al tirano más estúpido de la historia de
México."
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