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España “NO EXISTIA” como país en 1519 cuando Hernán Cortes llegó a México


Tecuhzoma Teutlahua.

Ciudad de México, febrero 03 de 2019.- Una falsa idea de nuestro pasado nacional, casi universalmente aceptada como “valida” por los irreflexivos académicos y el desinformado vulgo en general, es la que predica que “España conquistó México”.
(¡!), sin embargo, existe un GRAVE problema en torno a esa “muletilla” ya cientos de veces repetida en los medios de difusión con los que cuenta la “propaganda eurocentrista” de la historia (libros, documentales, artículos).
Pues apegados a la Sabia Razón y a la Verdad científica, en 1519 el país que hoy lleva el nombre de “ESPAÑA” en realidad NO EXISTÍA ni territorial, ni política, ni legal, ni socialmente, ni siquiera el nombre de España estaba escrito en ningún documento oficial, pues lo que sí estaba en la PENÍNSULA IBÉRICA en ese entonces, eran un puñado de reinos atrasados en muchos aspectos sociales e ideológicos, y aunque gozaban de identidad nacional propia a NINGUNO SE LE LLAMABA ESPAÑA. 
Tales reinos INDEPENDIENTES ENTRE SI que ocupaban la península ibérica en el Siglo XVI y que antecedieron a la MUY POSTERIOR creación  de “España” como país, eran los pequeños y recientes reinos de: “Castilla”, “León”, “Aragón”, “Navarra” y “Granada” por citar los más importantes, sumados una larga de lista de “reinos menores” (aún más pequeños e intrascendentes) como lo fueron “Toledo”, “Valencia”, “Galicia”, “Mallorca”, “Sevilla”, “Cerdeña”, “Córdoba”, “Córcega”, “Murcia”, “Jaén”, “Algarves”, “Algeciras”, “Gibraltar” y de “las islas de Canaria”.
Así pues, a inicios del Siglo XVI cuando Hernán Cortes pisó por primera vez las costas de “Chalchicueyecan” (nombre ancestral del actual estado de Veracruz), lo que existía al otro lado del mar Atlántico NO ERA ESPAÑA ni mucho menos una “nación española”.
Lo único que existía era un grupúsculo de reinos ibéricos separados y en un proceso aun inacabado de desarrollo e integración; por tanto, con esto debería bastar para dejar en claro que la falseadora “muletilla eurocentrista” mil veces repetida de que “España conquisto a México” es una INCOHERENCIA TOTAL.
Pero esto no queda aquí, pues, aunque sabemos que por “convencionalismo” y practicidad literaria se cita en muchos libros que Hernán Cortes “era un español” (y se disculpa), extendemos esta nueva publicación como contramedida ante el embate de la maquinaria promocionista del infumable título de “Madre Patria” que se le intenta por muchos medios “formales” dar ridículamente a España.
¿A qué vamos?, la gente mexicana de hoy debe saber que lo correcto y verdaderamente serio (históricamente hablando), es que el “conquistador” Hernán Cortes era un “CASTELLANO” mas “NO UN ESPAÑOL”, pues el “Capitán católico” que vino a imponer a sangre y fuego el mestizaje y su religión, era proveniente de “Extremadura” que era una provincia perteneciente al entonces “país” (reino) llamado “Castilla”.
Por tanto, España no puede ser “Madre Patria” de nadie en la América, pues cuando se dio el “contacto entre ambos mundos”, España ni siquiera había nacido como país (patria).
Los que realmente “conquistaron” (invadieron) al Anahuac y a su centro geopolítico “México-Tenochtitlan” fueron los Reinos de “Aragón” y “Castilla” dirigidos y SIEMPRE obedientes de la Corona VATICANA en Roma; razón por la cual, a los Reyes Fernando II (de Aragón) e Isabel I (de Castilla) quienes se sabe, financiaron los viajes de Cristóbal Colon y sus ejércitos, UNICAMENTE ostentaron el título real y OFICIAL como de “REYES CATOLICOS” y nunca (nunca) el de “REYES ESPAÑOLES”.
Por el mismo motivo antes citado, de que ESPAÑA NO EXISTIA EN AQUELLOS AÑOS del comienzo de la colonización europea en América. Ni Fernando II ni Isabel I fueron reyes de España, fueron reyes de sus respectivos (países) reinos, Castilla y Aragón. Punto.
Llegados a esta altura del presente ensayo, surge un cuestionamiento natural… entonces, ¿quién fue el primer rey en la historia en ostentar el título de “algo llamado España”? y al unísono, todos los historiadores,  académicos, investigadores o eruditos en la materia no podrán negar que dicho personaje se trató del “Emperador Carlos V”, el joven monarca o “el CESAR” del “Sacro Imperio Romano Germánico”, quien dicho sea de paso “NO ERA ESPAÑOL” y no solo eso, ni siquiera era originario de la península Ibérica (hoy España), sino que nació en los territorios de la corona austriaca de los Habsburgo, en la ciudad de Gante (hoy Bélgica).
Al morir su padre en 1516, (el afamado Felipe I de Habsburgo, apodado “el Hermoso”) el joven Carlos heredo aparte del “Sacro Imperio Romano Germánico” también a los “reinos ibéricos” de su progenitor, quien se había hecho de ellos, al casarse con Juana de Castilla (llamada también “la Loca”) la hija heredera del matrimonio de los “Reyes Católicos” (Fernando II e Isabel I). Tiempo después de la muerte de su padre, y ante la imposibilidad de su madre (Juana) de reinar al estar incapacitada por padecimientos mentales.
Carlos juro únicamente como rey de Castilla y de Aragón en 1518 y no fue sino hasta el 16 de mayo de 1528 que juro en Valencia como REY DE ESPAÑA ostentado así el título de “Carlos I de España”, día en que se puede decir nació realmente España y tuvo al PRIMER REY DE SU HISTORIA, al quedar unificadas oficialmente en una sola las coronas de Castilla, León, Aragón y Navarra (la totalidad de la actual España).
Sí, en 1528 nació el país España, cuando tuvo jurado a su primer rey de toda la península (Carlos I): ¡siete años después de la derrota de México Tenochtitlan! (1521).
Fue de esa inesperada y fortuita manera, que “Carlos V del imperio germánico” a la postre acumuló por un golpe de suerte un título real más y se convirtió en 1528 en “Carlos I del imperio español”, y a pesar de no ser “un castellano o aragonés” (ni siquiera hablaba castellano).
Gracias al poder y riquezas obtenidas de las invadidas tierras mexicanas, antillanas y peruanas, logró consolidar su poderosa corona europea y unificó bajo el nombre de España finalmente, a los minúsculos reinos de la península donde nació Hernán Cortes, (Castilla, Aragón, León, Navarra, etc.) y que de no ser por el “Cesar germano” y la “Conquista de América”.
Esos reinos ibéricos hubiesen seguido otros tantos siglos más separados y paulatinamente debilitados o extinguidos a merced de sus acechadores musulmanes y británicos, y con ello quizás y muy probablemente España nunca hubiese existido en el mapa.
De tal modo, ante la luz de estos datos históricos irrefutables, es lícito afirmar que la Conquista de México la perpetró en realidad Castilla, Aragón y el Vaticano, y NO el país ESPAÑA, puesto que este último nació casi una DÉCADA DESPUÉS de la rendición del héroe Cuauhtémoc (el último TLATOANI MEXICANO de la época prehispánica).
España  solamente recogió y administró la ocupación militar que materializó en los dominios de México-Tenochtitlan, el castellano católico Hernán Cortes al servicio de su rey romano-germano (Carlos V), irrespetando completamente a la nación mexicana establecida desde el año 1325, la cual fue irrumpida abruptamente en pleno esplendor, al ser sometida por las armas, para luego cambiarle a sus habitantes el original gentilicio de “mexicanos” (en nahuatl, "mexikah"), por el trasgresor título de “novohispanos”, cuando se instauró el gobierno de ocupación llamado “Virreinato de la Nueva España” en 1535 (o mejor dicho de la “Segunda España”).
Sirva este ensayo para hacer saber que después de 500 años, los mexicanos de hoy debemos entender el engaño eurocentrista al que hemos sido arrastrados por los “historiadores miopes” y los gobiernos desleales, es momento de superar la muletilla propagandística de la “Madre Patria España” y desecharla en el basurero de la historia.
¡España no es la Madre Patria de México!, es al revés… fue el “Padre-Madre México” (porque así se llamaba ya: “Mexiko”) el que fue sacrificado para darle vida y VER NACER a sus dos hijas: al país “España” y a su melliza americana “la Nueva España”.
Aquí dejamos esta nueva entrega, no sin antes rogarles que atesoren esta verdad en sus mentes y en sus corazones: hoy siglo XXI, hemos dejado atrás la ocupación extranjera de la Colonia y vivimos en el “Segundo México” y así como los “primeros mexicanos y sus tlatoanis” se decían orgullosos de provenir de la remota Aztlán.
Nosotros con el mismo orgullo podemos decir, sin titubeos ni vacíos y con la Verdad en la mano, que provenimos del viejo Tenochtitlan, de aquel ensoñador y violentado “Primer México” que nos dio vida a nosotros “los segundos mexicanos”… y a las “dos Españas” por igual.
“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”