Un estudio confirmó que lo que comemos es la principal causa de riesgo de padecer cáncer
Existen maneras de contrarrestar el daño, como consumir moras, pimiento verde y rojo, entre otros
La investigadora del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Magda Carvajal Moreno, afirma que el maíz, uno de los principales ingredientes en la dieta de los mexicanos, puede provocar cáncer.
De acuerdo con varios años estudios sobre las aflatoxinas, las cuales son sustancias cancerígenas que ingerimos a diario en los alimentos, que ha realizado la especialista, estas generan diversos efectos dañinos, como cáncer y mutaciones.
Las aflatoxinas, según Carvajal, son metabolitos secundarios provenientes del hongo Aspergillus flavus, las cuales se encuentran en diversos alimentos como maíz, arroz, cacahuates, nueces, pistaches, chiles, pollo, huevo, leche, embutidos y también en la cerveza.
En una conferencia sobre el tema, retomada por El Universal, Carvajal Moreno afirmó que por ello, lo que comemos es la principal causa de riesgo de padecer cáncer, con 36 por ciento de probabilidades, incluso por delante del consumo de tabaco, que representa 31 por ciento.
La especialista advirtió que, por ejemplo, las tortillas y sus derivados elaborados con masa de maíz, como los totopos, los sopes y tamales, quesadillas, entre otros platillos típicos mexicanos, están muy contaminados.
Lo anterior, porque de acuerdo con un estudio reciente que ella desarrolló en la Ciudad de México, 95 por ciento del maíz blanco y 60 por ciento del amarillo contienen esos metabolitos.
Detalló que las aflatoxinas son generadas por moho del Aspergillus flavus, mismo que se reproduce con facilidad en granos mal almacenados.
“No se ven, no tienen sabor ni olor, son resistentes al calor [soportan entre 260 y 320 grados sin descomponerse y a procesos como cocción, ultrapasteurización, nixtamalización y fermentación”, indicó.
Además, son insolubles en agua y en solventes orgánicos como metanol, etanol, benceno y cloroformo.
Carvajal Moreno detalló que esos metabolitos se asocian con cáncer de hígado, páncreas, pulmón, colorrectal y cervicouterino.
“Aunque actúan en millonésimas de miligramo, son los cancerígenos biológicos más potentes que se conocen. Todos nacemos con protooncogenes que están latentes, y las aflatoxinas, mediante un mecanismo químico de oxidación, los convierten en oncogenes [cancerígenos], que por años se acumulan en el ADN y mutan, principalmente en individuos con predisposición genética”, comentó.
Señaló que a pesar de que en una primera fase las aflatoxinas son eliminadas por el organismo a través de la orina, el peligro aumenta cuando se ingieren de manera cotidiana.
Por ejemplo, si una persona consume durante 40 años alimentos contaminados, la sustancia se fija paulatinamente en el ADN, provocando que se dañe.
Destacó que existen maneras de contrarrestar los daños del hongo, y para ello recomendó comer alimentos probióticos, como moras, pimiento verde y rojo, espinacas, brócoli, betabel, cereza, ejotes, jitomate y zanahoria.
Concluyó que es difícil cambiar los hábitos alimenticios, pero sí es posible proporcionar productos sanos con un adecuado almacenamiento, en depósitos secos y fríos.
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