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Autoridades municipales queman las casas de tres familias que cambiaron de religión en Chiapas

Según diversos testimonios, no es la primera vez que ocurre

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En los últimos años las autoridades han relegado a los adventistas en hechos que son del conocimiento del gobierno estatal y de la CNDH, aseguraron

Autoridades del ejido San Miguel Chiptic, en el municipio Altamirano, Chiapas, destruyeron y quemaron tres casas de familias quienes además fueron expulsadas de sus tierras por haber cambiado de religión.

Según el testimonio de Pedro Rodríguez, retomado por Proceso, la agresión se llevó a cabo el pasado jueves 15, cerca de las 14:00 horas, cuando varios hombres y mujeres irrumpieron en los domicilios de las familias quienes, anteriormente, se habían salido de la religión católica, para sumarse a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Con picos y marros, los señalados destruyeron las casas hechas con blocks y techos de láminas.

Por su parte Luis Herrera, de la organización Voces Cristianas, aseguró que las mujeres y los niños huyeron hacia las casas de sus familiares para refugiarse ahí, mientras los hombres se trasladaron a la cabecera municipal de Altamirano para reportar el incidente ante las autoridades municipales, en donde permanecieron hasta ayer viernes en espera de que se les regresen sus tierras.

“Esperemos que no pase lo que pasó hace cuatro años”, expresó Herrera en referencia a otra familia que fue expulsada por los mismos motivos.

“Aquella vez todo quedó sin castigo, a pesar de las evidencias y demandas que tenían (las autoridades) para ejercer acción penal en contra de los agresores. Como siempre, se hicieron ofrecimientos al afectado para que desistiera, y finalmente el asunto quedó sin castigo”, lamentó.

Asimismo, aseveró que en los últimos cuatro años las autoridades del ejido San Miguel Chiptic han relegado a los adventistas y han promovido las diferencias entre la población.

Por si fuera poco, Luis Herrera aseguró que los hechos son del conocimiento de las autoridades municipales y estatales, además de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quienes no han hecho nada para garantizar la libertad de culto.