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Indígena mazahua estuvo preso casi 8 años por un crimen que no cometió

Sergio denunció torturas para que aceptara su culpabilidad

Fueron casi ocho años los que permaneció en la cárcel purgando una condena que era de 27 años 

Luego de casi ocho años de permanecer preso en el Centro Varonil de Santa Martha Acatitla y purgando una condena de 27 años, Sergio Sánchez Arellano, un indígena mazahua acusado de asesinar a un estudiante del Politécnico afuera del Metro Tacuba, obtuvo su libertad por falta de pruebas en su contra.

Se necesitaron siete años, 10 meses, 4 días y cinco sentencias judiciales para al final absolver a un hombre que fue detenido de manera ilegal y sentenciado con sólo el testimonio “inverosímil” de una mujer.

Emma Meza Fonseca, Magistrada presidenta del Noveno Tribunal Colegiado, fue la encargada de decretar “inmediata libertad del quejoso”, pese a que Irma Rivero Ortiz de Alcántara, Magistrada ponente, insistió en darle credibilidad a la única testigo, por considerar que su testimonio fue reiterado en careos procesales y que debía permanecer como prueba.

No obstante, el Magistrado Luis Pérez de la Fuente, rebatió al señalar que los careos procesales en donde se insiste la identificación del quejoso fueron fruto de una diligencia ilegal, argumento que no sólo apoyó Emma Meza, sino que, además, exhortó a iniciar una investigación sobre los actos de tortura que denunció Sergio.

“Es un alivio que esta decisión llegue. Desafortunadamente llega muy tarde, casi 8 años después de que se dio la detención arbitraria e ilegal de Sergio, pero al menos es una decisión que cumple con las obligaciones de México bajo derecho internacional”, sostuvo Carlos Zazueta, investigador de Amnistía Internacional quien estuvo presente durante la sesión.

Asimismo, Sergio contó con el apoyo de 11 de sus familiares, Diana Sánchez, también de Amnistía Internacional, así como Gabriela Carrión Lee y Luis Tapia Olivares, abogados de la defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

Por su parte Tapia Olivares indicó que “la Magistrada ponente presentó un proyecto que incumplía la sentencia de la Corte y que incurría en nuevas violaciones a derechos humanos, en concreto el derecho a la defensa de Sergio, el derecho a la presunción de inocencia”.

“Para mí es un sueño, no lo puedo creer. Volví a nacer. Gracias a Dios”, dijo Sergio, quien desde el 29 de marzo de 2010 fue detenido, golpeado y amenazado para que se inculpara de un delito que no cometió, pero aceptó, pese a que utilizaron el testimonio de una mujer que aseguró que lo vio atacar a la víctima.

Con información de Reforma