La directora de La Jornada defendió recibir dinero del gobierno federal
“A mí no me dan la misma confianza ni Facebook ni Twitter. El problema con las redes es que no tienen ninguna credibilidad. El hecho de que tuitees lo que se antoje no te hace reportero”, dijo
Carmen Lira dirige el periódico La Jornada desde 1996, y este año recibió el Premio Democracia 2017, destinado a una destacada personalidad latinoamericana, otorgado por el Centro Cultural Caras y Caretas de la Fundación Octubre.
Ella aseguró que “construye el camino del periodismo ético y nada ni nadie ha podido silenciarla en su lucha cotidiana por la verdad” durante una entrevista con Página|12.
Al ser cuestionada sobre el paso de los medios impresos a los digitales, Lira aseguró que “el papel tiene una larga vida todavía. Toda la parte digital no ha resuelto muchas cosas como la publicidad, el sostenimiento y financiamiento. El periódico impreso tiene un peso que no tiene la edición digital y te da la seguridad de la publicidad. Si no es una larga vida la del papel, tiene una vida saludable por un tiempo”.
Para ella, la diferencia entre las noticias digitales y las que se leen en un periódico es que en el papel existe una “factura” distinta.
“No es lo mismo que tú estés lanzando tus notas, por más que armes una presentación, a que armes el rompecabezas que significa. Es hasta una cuestión de arte en el diseño. ¿Por qué destacas una nota a ocho columnas? ¿Por qué a tres columnas o a dos columnas? Le das diferente valor. Eso no quiere decir que no se lo des en el digital, pero es diferente. Lo digital es la rapidez con que entregas la información. Abres Twitter a la mañana y te enteras de una serie de cosas; pero leer un periódico es otra cosa, como leer libros es otra cosa”, explicó.
Sobre el hecho de que las noticias que circulan en internet llegan casi al mismo tiempo que suceden los hechos, Lira dice que lo digital sólo sirve para “enterarte”, “pero la gente no lee nada más para enterarse. Quiere saber qué son las cosas, quiere los antecedentes y lo que hay alrededor de ese hecho. Si está bien hecho, el periodismo es literatura bajo presión. También en lo digital tienes que tener una edición, porque no es posible que se alienten las cosas mal escritas, como en la mayor parte de lo digital. La rapidez no necesariamente da calidad; es muy difícil conseguir que todo sea perfecto y rápido”.
Por ello, señaló que las redes sociales no tienen credibilidad:
“A mí no me dan la misma confianza ni Facebook ni Twitter. El problema con las redes es que no tienen ninguna credibilidad. El hecho de que tuitees lo que se antoje no te hace reportero: requiere de más rigor y de más trabajo del que uno imagina. Dicen que si ya tuitearon tal cosa la noticia está regada. No sé… ahí se cuelan interpretaciones que confunden mucho a la gente, con notas sesgadas. No hay rigor. Es un poco el desorden. En las redes no hay el rigor que exige el medio impreso”.
La periodista también defendió que su periódico reciba dinero del gobierno federal, al señalar que lo hace para sobrevivir y que además, el gobierno tiene dinero para destinar a los medios.
“Eso no quiere decir que te van a comprar, quiere decir que te dan o no la publicidad. Por ejemplo, a La Jornada nos dan cierta publicidad, pero no nos dan la publicidad que le dan a Televisa o a otros periódicos. Es mucho más baja porque es un medio impreso; la televisión se lleva más. Esa publicidad no me da vergüenza pedirla y no me ata a nada porque los estados tienen un presupuesto para esto. Si el Estado se anuncia en tu periódico, tiene que pagar”.
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