Autoridades investigan si los abuelos sabían sus intenciones
“Si los niños sobreviven, ahí está la pistola con las balas, no los dejen que sufran”, escribió la mujer en un carta
Después de que fuera notificada de que había perdido la custodia de sus hijos, una mujer de 38 años de edad, identificada como Mireya, envenenó a sus niños de 6, 8 y 10 años y después se suicidó.
La mujer también envenenó a sus padres. El hombre, de 7o años, también falleció con los menores, mientras que la mujer, de 68 años, logró sobrevivir.
Los cinco cuerpos fueron encontrados en la casa donde se refugiaba la mujer, ubicada en la delegación Magdalena Contreras, en la Ciudad de México.
Los hechos sucedieron la tarde de este pasado miércoles 7 de junio. La madre fue notificada desde hace un mes que había perdido la custodia de sus hijos, tras un conflicto legal con su expareja. Sin embargo, en lugar de entregarlos decidió envenenarlos, dándoles un supuesto medicamento, por lo que en cuestión de minutos les quitó la vida.
El padre de los niños había solicitado una evaluación psicológica después de señalar que Mireya tenía “problemas mentales”, por lo que no era apta para cuidar a los niños.
Además, el juzgado realizó pruebas psicológicas a los menores y determinó que había “alineación parental”, pues fueron inducidos por su madre a tener resentimiento a su padre.
Tras el asesinato múltiple, los cuerpos de los niños, el abuelo y la mujer fueron encontrados por la persona encargada de la limpieza, pues el padre le pidió que investigara qué había sucedido ya que no había tenido contacto con sus hijos.
Al enterarse de ello solicitó apoyo a las autoridades, por lo que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México confirmó los hechos y aseguró que la abuela de los menores, Rosa, de 68 años de edad, logró sobrevivir, por lo que fue trasladada a un hospital cercano.
En el sitio de los hechos, los peritos de la Procuraduría capitalina encontraron una carta póstuma que explicaba las razones por las que Mireya decidió matar a toda su familia.
En ella, la mujer aseguró que estaba deprimida y que prefería matarlos a todos que separarse de ellos.
En la carta, Mireya había dejado un par de instrucciones, además de una pistola con tres balas: “Si los niños sobreviven, ahí está la pistola con las balas, no los dejen que sufran”, decía la carta que dejó antes de morir.
Las autoridades investigan si los abuelos, que también fueron envenenados, estaban al tanto de las intenciones de ella.
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