CIUDAD
DE MÉXICO, 28 Julio 2016.- En un estudio de campo para la Clasificación
Internacional de Enfermedades Mentales CIE-11 en México, dio a conocer el 26 de
julio por la revista médica británica,
se convierte en un marco de referencia a nivel mundial para la
despatologización de las personas transgénero, ya que es el primero que muestra
de forma científica que la afectación sicológica de estas personas radica en la
violencia y discriminación que sufren por prejuicios y desconocimiento de las instituciones
sociales.
En
conferencia de prensa, María Elena Medina Mora, directora general del Instituto
Nacional de Psiquiatría, de acuerdo con Hamid Vega, jefe del área de Salud
Mental de la CEC, la investigación se realizó en la Clínica Especializada
Condesa e incluyó a 250 personas transgénero que reciben atención en la misma;
de ésta muestra, 80 por ciento eran
mujeres trans.
Hamid
aseguró que el estudio arrojó que la edad promedio en la que las personas
muestran inconformidad con su género es entre los cinco y seis años, además 46
por ciento de quienes se sometieron a un tratamiento hormonal lo hicieron sin
supervisión médica, lo que genera un gran riesgo en la salud de estas personas.
La
investigadora en Ciencias Médicas del INP, Ana Fresan, aseguró que debido a que
la investigación es cualitativa y cuantitativa brinda indicadores importantes
que permiten observar dónde radica el problema de salud de este sector.
Fresan
explicó que 76 por ciento de las
personas participantes experimentaron un
rechazo social, en mayor medida por su familia, además de discriminación.
El
63 por ciento de la muestra sufrió algún
tipo de violencia (sicológica 95 por ciento, física 52 por ciento y sexual 28
por ciento).
La
investigadora puntualizó que 83 por ciento de las y los participantes mostraron distrés psicológico por el rechazo
familiar; además tienen una mayor probabilidad de presentar deterioro social:
por violencia física y rechazo de compañeros; deterioro familiar: por rechazos
familiar y violencia sexual; y deterioro escolar: por violencia psicológica,
rechazo de compañeros o porque piden ser llamados por el género deseado.
De
esta manera, el distrés y deterioro
funcional están más asociados a experiencias de rechazo social y de violencia
que a cuestiones propias de la identidad transgénero; es decir, el estigma y
los malos tratos afectan la salud mental de esta población y no su condición de
vida, explicó la especialista.
Geoffrey
M. Reed, profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad
Nacional Autónoma de México, aseguró que el estigma, la violación de derechos
humanos, las barreras en la atención en servicios de salud, la negación en la
cobertura de tratamientos y la percepción errónea de tener que ser tratados en
servicios de psiquiatría, impiden que en en la población trans no se cumplan
los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que pretenden
alcanzar el grado más alto de salud posible.
El
investigador puntualizó que, para favorecer las condiciones de respeto y tolerancia
hacia este sector, debe eliminarse la identidad transgénero del capítulo de
enfermedades mentales de la OMS y
comenzar a trabajar en políticas públicas que garanticen el derecho a la salud
de estas personas.
Patricia
Uribe Zúñiga, directora del Centro Nacional para la Prevención y el Control del
VIH/sida, aseguró que, si bien la población trans tiene 49 veces más
posibilidades de estar infectada con VIH, se debe poner mayor atención en las
necesidades de este sector y no relacionarla sólo con esta enfermedad, ya que
la discriminación es la principal barrera para el acceso a los servicios de
salud.
Por
su parte Alexandra Haas Paciuc, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir
la Discriminación, expresó que en México la transfobia y homofobia generan
altos niveles de angustia y depresión, resultado de la violencia psicológica,
física y sexual presentes en las instituciones sociales.
Haas
concluyó que pensar en la identidad trans como una enfermedad, obliga a
considerar una cura, por ello es necesario despatologizar esta condición y
comenzar a reconocer a los seres humanos en toda su diversidad.
Por
esa razón, al momento, este estudio es replicado en Brasil, Francia, India,
Líbano y Sudáfrica con la finalidad de obtener información representativa de todo
el mundo y brindar más evidencia científica al respecto.
El
Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INP), en conjunto
con la Clínica Especializada Condesa
(CEC), publicó en la revista The Lancet Psychiatry el primer estudio de campo
que revela a la identidad transgénero como una condición de vida de las
personas y no como una enfermedad metal que deba curarse, por ello sugiere que
ésta sea eliminada de los manuales de diagnóstico del mundo enfocados en
trastornos mentales, ya que estar en dentro de esa clasificación, propicia
estigma hacia este sector de la población.
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