GUERRERO,
06 Julio 2016.- No es justo lo que el gobierno federal priísta les está
haciendo a las mil 200 familias que fueron damnificadas por la tormenta
tropical Manuel y el huracán Ingrid hace casi tres años en Chilpancingo.
Han
esperado 2 años 10 meses y a muchos de ellos no les han entregado su vivienda
prometida por el presidente Enrique Peña Nieto.
Luego
de la devastación que dejaran a su paso Ingrid y Manuel, el presidente Peña
Nieto vino en varias ocasiones a Guerrero y anunció la famosa reconstrucción de
la entidad con el “Plan Nuevo Guerrero”, prometió una inversión de 68 mil
millones de pesos a ejercer durante los seis años de su gobierno; sin embargo,
a poco más de dos años de terminar su mandato ese recurso no se ve aplicado, al
menos muchos son los damnificados que no han recibido su vivienda.
En
la capital, se construyeron viviendas prefabricadas de la marca Casaflex en la
colonia El Mirador, donde algunas familias ya recibieron su vivienda pero
tendrán que dejarlas por los daños que presentan en las estructuras.
El
delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu),
José Manuel Armenta Tello, informó que 32 casas “que no han sido entregadas”
van a ser demolidas por los daños estructurales que presentan.
Aunque
aseguró que no han entregado las casas que van a ser demolidas, lo cierto es que
muchas familias han tenido que dejar sus viviendas por el riesgo que
representan para su integridad y el de sus familias.
Los
responsables de la mala construcción de las casas tienen nombre y apellido; el
ex Secretario de Sedatu y hoy diputado federal plurinominal, Jorge Carlos
Ramírez Marín y la actual titular Rosario Robles Berlanga, ellos son los
culpables por tolerar las malas construcciones de las empresas, que con su aval
timaron a los damnificados con pésimas viviendas.
Es
cierto, muchos de los mil 200 damnificados de Chilpancingo vivían en los
márgenes del río Huacapa y de las más de 50 barrancas que atraviesan la ciudad,
pero también es cierto que fueron tolerados por las administraciones
municipales porque simplemente representaban votos, así que legalizaron su
estancia y ahora los tres niveles de gobierno tienen la obligación de reparar
el daño que les provocó la fuerza de la naturaleza.
El
sistema es así. El sistema es corrupción y mientras no llegue a gobernar
alguien que tenga amor por México, todo seguirá igual; continuarán las empresas
construyendo malas obras pues tienen que utilizar materiales de baja calidad
porque ahora ya no es el 10, sino el 20 y hasta el 30 por ciento que tienen que
entregar como diezmo a quienes los contratan.
Urge
gente honrada en los puestos de elección popular y que tenga gran amor por su
pueblo, de otra forma las cosas no cambiarán; la gente que está en el poder
seguirá llenándose las bolsas de dinero y el pueblo pagará las consecuencias.
Por
la corrupción que impera entre funcionarios federales y empresas, hoy los
damnificados sufren esas consecuencias; viven en casas mal construidas que
ponen en grave riesgo su vida y la de sus seres queridos…
Nos
leemos mañana, mientras el ex alcalde de Acapulco, Félix Salgado Macedonio
consideró importante expulsar del PRD a los dirigentes nacionales que hoy
destacan por ser millonarios – en referencia a Los Chuchos – y aquí en Guerrero
deberían hacer lo mismo con David Jiménez Rumbo, Bernardo Ortega Jiménez y
Sebastián de la Rosa Peláez, solo por mencionar algunos.
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