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‎ ¿A dónde va un PRD en bancarrota?

Roberto Camps. 

CIUDAD DE MÉXICO, 20 Junio 2016.- El barco-PRD naufraga por los tremendos orificios que le ocasionaron una bancarrota política y económica. Así la recibió su dimitente presidente Agustín Basave, y así deja la nave que no supo conducir, con el agua llegando a los aparejos.
Comparado consigo mismo, la bancarrota del Partido del Sol Azteca es evidente: perdió liderazgos, perdió Guerrero, ahora Oaxaca; perdió delegaciones en la CDMX, diputaciones en la Asamblea Legislativa; le creció Morena. En 7 meses 61 alcaldías y diputaciones; Mancera gobierna un bastión histórico del PRD sin estar afiliado a este partido. En las recientes elecciones ganó muy poco, casi nada.
El doctor Agustín Basave es un buen hombre, un intelectual, reconocido investigador y como buen norteño, una persona que en sus posturas nos regala grandes dosis de autenticidad, que a veces llegaron a ser políticamente incorrectas.
No basta con la bonhomía para liderar a un partido político; en política no vale la ingenuidad. Los intereses pesan, y Basave no logró establecer mecanismos para separar el poder del Consejo Político, que le otorgaba mando pero en los hechos se lo quitaba. El remaba para un lado, las corrientes para otro.
Su talante emocional no le ayudó para resistir, para construir; tal vez no le interesaba, sólo quería mandar,  ejercer el poder como tradicionalmente se conoce: manipular voluntades. En el PRD eso no es posible. Por eso quizá la gran desilusión que tuvo, es que ser presidente de un partido nacional como el PRD, no le otorgó esa capacidad.
Basave es un hombre emocional y eso tampoco le ayudó: se exasperó porque el rejuego de las corrientes del PRD no le permitió obtener “gobernabilidad” en este partido, y puso su renuncia en la mesa hasta en dos ocasiones, la segunda se entiende, es definitiva.
Basave tampoco tiene en su hoja de vida, reconocimiento como luchador social, así, no logró entender qué le duele a los perredistas que hicieron a este partido.
Mal Jesús Ortega, al delatar en un gesto de soberbia, el acuerdo del doctor Basave. Si se critica a López Obrador por actuar como caudillo, las poses mesiánicas del ex presidente de este partido, no abonan a dar respeto a su vilipendiada corriente y complican la sucesión y un conveniente relevo generacional. La sombra de un Maximato mancha.
Los que abandonaron al PRD tal vez se regocijan en la debacle del partido que les dio todo: diputaciones, senadurías, alcaldías, cargos partidistas. Los que se quedan, tal vez se preocupan por cuidar sus parcelas y  lucharán en el relevo que viene, por subir a lo más alto del mástil de este barco que naufraga.
Los señalamientos del doctor Basave hacia las fallas en la vida interna en el PRD pueden ser aprovechados o desechados. Otros presidentes ya habían señalado que en las corrientes el PRD tenía una asignatura pendiente por resolver y nadie los escuchó

El PRD podrá salir a flote, encontrar la ruta de los acuerdos de gran aliento, o terminar de hundirse en su proclividad a la división. Podrá elaborar una hoja de ruta o seguir a la deriva. Comentarios: robertocampscortes@gmail.com