BRASILIA,
BRASILl, 13 Marzo 2016.- Miles de personas se concentraron desde las primeras
horas de hoy en decenas de ciudades de Brasil para participar en una jornada
nacional de protesta, en las que será exigida la renuncia o destitución de la
presidenta, Dilma Rousseff.
Las
primeras movilizaciones se registraron en algunas ciudades del norte y noreste,
las regiones más pobres del país, en las que miles de manifestantes demandaron
el "fin" del Gobierno de Rousseff y expresaron su apoyo a las
investigaciones sobre las corruptelas en la estatal Petrobras, que salpican a
medio centenar de políticos.
En
Belén, capital del amazónico estado de Pará, uno de los grupos desfiló por
céntricas avenidas con una suerte de "carroza-cárcel" en la que
estaba encerrados muñecos que representaban a Rousseff y a su antecesor y
padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, quien está investigado por
supuesta corrupción.
Las
protestas han sido convocadas por grupos de la sociedad civil vinculados a los
partidos de oposición, que también han manifestado su respaldo a las
movilizaciones.
Según
el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), las manifestaciones de hoy
serán el "mayor acto contra el Gobierno de los últimos tiempos" y
pueden ser "definitivas" para impulsar el juicio político que la
oposición promueve contra Rousseff en el Congreso.
Desde
primera hora de la mañana también comenzaron a concentrarse miles de personas
en Río de Janeiro y Brasilia, aunque la mayor de las protestas se prevé que
será por la tarde en Sao Paulo, donde se espera que cientos de miles de
manifestantes ocupen la céntrica avenida Paulista.
Rousseff
enfrenta una severa crisis política y económica, en un escenario de crecientes
inflación y desempleo que han agudizado el malestar social y derrumbado su
popularidad, que recientes encuestas han situado en torno al 10 por ciento.
El
descontento ha repercutido en el terreno político, al punto de que este sábado
el influyente Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera
el vicepresidente Michel Temer, dio un primer paso hacia una posible ruptura
con el Gobierno.
El
PMDB, considerado como el principal partido del país, decidió en una convención
nacional que sus afiliados no podrán ocupar nuevos cargos en el Gobierno por un
plazo de 30 días, en el que decidirá si permanece en el Ejecutivo o pasa a
engrosar las filas opositoras.
Rousseff,
quien tiene previsto pasar el día en su residencia oficial en Brasilia, reiteró
este sábado que el Gobierno garantiza el derecho a las manifestaciones, siempre
y cuando sean pacíficas.
"Sólo
pido que no haya violencia, pero todas las personas tienen derecho a ir a la
calle" para manifestarse a favor o en contra del Gobierno, declaró.
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