CIUDAD
DE MÉXICO, DF., 19 Octubre 2015.- Con 301 votos a favor, 173 en contra y siete
abstenciones, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y
particular el proyecto de miscelánea fiscal para 2016.
Por
lo que el proyecto fue turnado al Senado de la República para su análisis.
Tras
su aprobación, los diputados iniciaron la discusión sobre la Ley de Ingresos,
la cual se prevé concluirá en la madrugada de este martes.
Horas
antes, los diputados aprobaron en lo general el proyecto de miscelánea fiscal
para 2016, sin modificar las tasas del ISR y del IVA, pero con una disminución
del impuesto especial a las bebidas saborizadas de bajas calorías.
De
esta manera, el impuesto a estas bebidas pasarán de un peso a cincuenta
centavos por litro en el caso de aquellas que contengan hasta un máximo de 5
gramos de azúcares por cada cien mililitros.
El
documento fue aprobado con 423 votos a favor y 33 de Morena en contra; el documento
plantea diversas modificaciones en materia de ISR, entre las cuales se
establece que la deducción inmediata de la inversión en bienes nuevos de activo
fijo, siempre que se reúnan los requisitos establecidos en la ley.
“Para
los efectos de la deducción inmediata, se incrementa el monto de los ingresos
de las empresas que podrán gozar de este beneficio de 50 a 100 millones de
pesos”, señala el dictamen presentado por la Comisión de Hacienda.
Igualmente
destaca el incremento al monto límite de las deducciones de 4 a 5 salarios
mínimos generales elevados al año, aunque las deducciones personales no podrán
exceder de la cantidad que resulte menor entre cinco salarios mínimos generales
elevados al año o del 10% del total de los ingresos del contribuyente.
Asimismo
se plantea incrementar el monto deducible por la adquisición de automóviles de
130 mil a 175 mil pesos y se adiciona la deducción al 100% de los gastos
vinculados con la incapacidad laboral con los mismos requisitos establecidos
para los gastos por honorarios médicos, dentales y hospitalarios.
Previamente,
la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley Federal de Presupuesto y
Responsabilidad Hacendaria para destinar al menos 70% de los remanentes de
operación del Banco de México a la amortización de deuda pública.
El
resto sería canalizado al Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios
para evitar el uso discrecional de los recursos extraordinarios derivados de la
venta de dólares a un precio mayor al que hayan sido adquiridos por el banco
central.
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