CIUDAD
DE MÉXICO, DF., 02 Agosto 2015.- Una fotografía del gobernador de Veracruz sacada en la portada en la revista Proceso,
fue la que desato un coso contra el fotoperiodista Rubén Espinoza Becerril, llevándolo
al auto exilio por temor a ser presa de la injusticia que se vive en ese estado
y que al final fue encontrado muerto junto con otras cuatro mujeres en un
departamento de la colonia Narvarte.
-Yo
me especializo en movimientos sociales. Tengo una portada en la revista Proceso
con el Gobernador, esa portada lastimó mucho, de hecho la compraron a granel…
¿Qué
foto es?
Es
una fotografía donde el Gobernador sale con una gorra de policía y de perfil
que va caminando. Nosotros en Xalapa nos hemos manifestado siempre que asesinan
a un compañero. Fui golpeado en el desalojo de maestros en 2013, en la plaza
Lerdo, junto con otros compañeros, a raíz de eso tuvimos que ir a marchar.
Hicimos
que el Congreso hiciera la Comisión para la Atención y Protección de
Periodistas, que no sirve de nada. Estuve en la colocación de la placa en la
plaza Lerdo, donde le pusimos Regina Martínez. He dado cursos de seguridad para
los fotógrafos y me han hecho saber que soy un fotógrafo incómodo para el
Gobierno del Estado.
¿Cómo
te hacen saber eso?
No
me dejan entrar a los eventos oficiales. En una ocasión cuando fue lo de los 35
cuerpos que encontraron en el Monumento a los Voladores de Papantla en Boca del
Río, el entonces Procurador Reynaldo Escobar Pérez iba a dar una conferencia, entonces
me dice una persona encargada de prensa, Edwin, no recuerdo su apellido, que yo
qué hacía ahí, que yo no tenía nada que hacer y que estaba estorbando. Entonces
de ahí comenzaron a tomarme fotos por parte de la gente de Gobierno del Estado.
¿Sólo
te acosan a ti?
A
mí y al grupo de los periodistas en los que estoy.
-Ojos
inyectados. Mirada extraviada. Labios entreabiertos. Orejas para atrás igual
que las aguzan los perros al acecho. El ceño adusto tras las gafas y una gorra
de policía. Las lonjas colgadas sobre el cinturón. Los botones de la camisa con
su nombre bordado amenazan con salir disparados. La foto de Rubén Espinosa
Becerril resultó implacable con el Gobernador veracruzano. Javier Duarte
retratado de pies a cabeza: autoritario, rencoroso, desconfiado, rabioso,
felón.
Es
la imagen escogida por el equipo de la revista Proceso para ilustrar la portada
del número 1946. La mitad del cuerpo de Duarte en todo lo alto y ancho. Una
imagen como síntesis del contenido: “Veracruz, estado sin ley”, decía el encabezado
en la tapa.
En
interiores un reportaje sobre los homicidios de periodistas en Veracruz y las
complicidades de los funcionarios para no esclarecerlos; otro para el tercer
aniversario del asesinato de Regina Martínez, impune; y uno más de priistas que
van por la vida lanzando incienso al duartismo.
En
el interior, fotos de Yair Ceballos (Proceso y AVC Noticias), de Félix Márquez
(Cuartoscuro, AVC y AP) y de Rubén Espinosa (Cuartoscuro, AVC y Proceso).
Imágenes con técnica y composición para ilustrar los reportajes que
describieron la miseria, la tragedia y la corrupción campante en Veracruz. Pero
ni una como la de Rubén Espinosa. Por eso ganó la portada.
Don
Manuel Buendía -asesinado por la espalda durante sexenio de Miguel de la
Madrid- decía que la crítica no molestaba tanto a los poderosos, como dejarlos
al desnudo con ironía y un refinado sentido del humor. Así lo hizo Rubén
Espinosa en Proceso 1946; pero con la lente.
No
cabía de contento por su portada. Lo dijo a todos sus amigos. Lo festejó, y humilde,
para el mediodía del domingo comenzó a olvidarlo para comenzar a trabajar en la
siguiente foto de ocho columnas.
Proceso
1946 arribó a Xalapa y Veracruz tal vez el sábado por la tarde para que
estuviera circulando el domingo tempranito; pero grupos de personas, jóvenes
ante todo, en coches particulares y camionetas, comenzaron a comprarlas por
montón.
(SinEmbargo/BlogExpediente)
Ignacio
Carvajal
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