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Frida, la perra de la Marina que ha salvado a 52 personas

Es una labrador de 6 años que pertenece a las fuerzas armadas

El capitan desmintió el mito de que los perros son drogados para detectar narcóticos

Frida es una perra una perra Labrador, de seis años, que forma parte del equipo de binomios caninos que adiestra la Sección Canina del Cuartel General del Alto Mando de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar).

Cuenta con poco más de un año de entrenamiento y ha participado en la búsqueda de personas, tanto a nivel nacional como internacional, en actividades de la Semar.

Hasta ahora ha rescatado a 52 personas y ha tenido acción en el incendio que se registró en la torre de Petróleos Mexicanos (Pemex), en los deslaves ocurridos en Guatemala y en el terremoto de Ecuador.

Para que la perra pueda realizar su labor, utiliza un equipo especial, que consta de un visor que protege sus ojos en caso de humo, polvo o alguna sustancia; unas botas, que le ayudan para que el terreno no le dañe los cojinetes de sus pies, y un arnés para poder ascender o descender, si es el caso.

A nivel nacional hay más de 300 binomios distribuidos en todas las secciones caninas, aseguró el capitán de fragata, cuerpo general diplomado de Estado Mayor, Israel Monterde Cervantes, quien es el encargado de la Sección Canina de la Ciudad de México.

Las razas más utilizadas para este tipo de actividades son Pastor Belga Malinoi y Labrador, y tienen una estricta vigilancia zootécnica.

De acuerdo con una nota de Noticieros Televisa, Balu, Erny y Eden son especialistas en la detección de narcóticos; Lobo y Narc en la guardia y protección; en tanto que Keyller, Eska y Eros en la identificación de explosivos, y cada uno de ellos hace un binomio con su manejador, para tener una mayor eficiencia en cada actividad.

El entrenamiento para los canes y sus distintas tareas lleva entre 12 y 14 meses, de dos a cuatro horas diarias, dependiendo de la disposición y temperamento que tenga el perro, para evitar fatigarlo y la vida útil en la actividad es de entre seis y siete años.

Luego de prestar este servicio, los animales son donados al propio personal de la Marina “para que tenga un final tranquilo en una de las casas del personal de aquí”, comentó.

El capitán aclaró el mito sobre que los perros son drogados para poder detectar drogas, y explicó la forma en la que son entrenados.

El entrenamiento consiste en que tengan apego a un atractor, es decir, un juguete, que regularmente es una pelota, e incluso, dependiendo de la fortaleza de su mordida, puede ser de tenis.

Una vez que tienen fijo su atractor, se les empiezan a meter aromas, ya sea de narcóticos o explosivos, esto con el objetivo de desarrolla su olfato, de acuerdo con la función zootécnica que vaya a desempeñar.

“El aroma no les hace nada: no los droga, ni explotan los perros, ni mucho menos. Se trabaja con pseudos, que son aromas lo más parecidos a los reales. Es con los que trabajamos, entonces no les hace ningún efecto a los perros”, dijo.

El capitán Monterde mencionó que los manejadores y los ejemplares caninos son verdaderos compañeros, binomios, pues en esta sección está el alojamiento donde viven los primeros y las perreras de los segundos, lo que permite un constante acercamiento.