CIUDAD
DE MÉXICO, 15 Enero 2015.- En una investigación especial que realizara el periódico
de La Jornada, sobre el caso de los crematorios negados por la Secretaria de
Defensa Nacional (Sedena), publicada el domingo 11 de enero de 2015, en su página
número 7, de acuerdo con la guía para el trámite de beneficios de la ley del
Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam), el
Ejército sí cuenta con crematorios.
El
pasado 7 de febrero, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) envió una
carta a El Correo Ilustrado de La Jornada, por conducto de su director general
de Comunicación Social, el general brigadier Martín Terrones Calvario, para
precisar que ninguna instalación militar del país cuenta con crematorios, según
señalaron los investigadores Jorge Antonio Montemayor Aldrete y Pablo Ugalde
Vélez, sobre su hipótesis de que los 43 normalistas de Ayotzinapa pudieron
haber sido incinerados en instalaciones militares.
Sin
embargo, la propia información proporcionada por la Sedena en sus páginas de
Internet señala lo contrario, y ofrece servicios de incineración a sus empleados.http://www.henm8893.com/armada/prestaciones/guia_prestaciones.pdf.
Además,
existe un convenio entre el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado (Issste) e Issfam, para ofrecer sus servicios
funerarios a los miembros de las Fuerzas Armadas Mexicanas en activo o retiro,
pensionistas y derechohabientes en el territorio nacional. La información
relativa a los servicios funerarios, incluidos sus crematorios está
enhttp://www.todopormexico.org/t13783-convenio-issste-e-issfam.
El
Departamento de Servicios Funerarios del Issfam señala en la página 27 de su
guía de trámites que tienen los servicios de incineración: en el Cementerio
Militar de Tlalpan, DF, y velatorio de Puebla: orientación y gestión de
trámites, servicio de velación, cremación, únicamente en Puebla, traslado de
cuerpo y transporte de dolientes, así como venta de gavetas y nichos, con la
cuota mínima por concepto de mantenimiento...
Esto
demuestra, según el doctor Jorge Antonio Montemayor Aldrete, del Instituto de
Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que su hipótesis
va por buen camino.No puede ser que personas que no pertenecemos a la Sedena
tengamos más información. La ciencia no nos deja mentir. Nuestras hipótesis se
confirman con datos experimentales, dice en entrevista con La Jornada.
Añade,
desafortunadamente no existe otra posibilidad que este tipo de crematorios. Si
las autoridades hubieran dicho que los jóvenes fueron enterrados en el desierto
y se encontraron sus huesos, sería otro el camino. Pero en cuanto dijeron que
fueron incinerados en el basurero de Cocula, de acuerdo con las leyes de la
física, química y ciencia en general, es imposible que fueran cremados allí, ni
con madera ni con llantas. Ya lo demostramos. Por tanto, tienen que haber sido
incinerados en un crematorio. ¿Y quién tiene posibilidad de tenerlos para
usarlos de manera discreta? Sólo el Estado.
El
convenio entre el Ejército y el Issste para utilizar sus crematorios contempla
otra posibilidad, según el doctor Montemayor Aldrete: Esto abre otra línea de
investigación, porque ahora tenemos que buscar también en los crematorios del
Issste, institución que permite que en sus crematorios incineren cadáveres de
personas relacionadas a la vida militar, ya sea militares o parientes.
El
investigador se muestra interesado por el desarrollo de esta nueva variante de
investigación. Es buscar el uso de crematorios en toda esa zona, privados, del
gobierno, como el del Issste, y crematorios militares. Simplemente, lo mismo
que hemos propuesto, que la Sedena informe sobre sus consumos de gas, del
ingreso de los cadáveres, éste tiene que tener una serie de papeles, como actas
de defunción, razón de la muerte, fotos, permisos... Vamos a ver cuántos
cadáveres cremó el Issste en tales fechas. Y luego pediremos los expedientes de
cada una de esas cremaciones.
A
quien también es maestro de termodinámica en la UNAM le llama la atención que
la Sedena niegue la existencia de los crematorios: No entiendo. El propio
Ejército proporciona servicios de cremación y eso está en una ley reglamentaria
vigente. Da la impresión de que quisieran tapar algo. Es igual que la conducta
del procurador Murillo Karam a quien ya se le demostró científicamente que no
pudo haber sido la cremación en el basurero de Cocula, no entendemos por qué
insiste si es imposible.
El
general José Francisco Gallardo Rodríguez afirma, en entrevista con La Jornada,
que conoce perfectamente las instalaciones militares y puede afirmar de manera
categórica que el Ejército sí tiene crematorios.
Yo
vi uno a espaldas de la cocina de la prisión del Campo Militar Número Uno. La
chimenea del horno crematorio está simulada con otra de la cocina.
El
general Gallardo fue preso político durante nueve años, de 1993 al 7 de febrero
de 2002, por exigir la creación de un ombudsman militar: En una ocasión me
recargué en la pared y se sumió, le quité el tapiz y allí estaban los hornos
crematorios, como los que se ven en Auschwitz, dice en relación con el campo de
extermino construido por el régimen nazi.
Añade:
Yo lo vi, lo toqué, metí la mano en el horno, de hecho eran dos. El Ejército no
puede decir que no tiene hornos crematorios, claro que los tiene. Varios. Yo
voy y les digo donde. Como de que no. Dudo que lo hayan quitado. De hecho, hice
un informe dirigido al director pidiendo que se destruyeran los crematorios,
porque a mí a cada rato me amenazaban con eso. El director me confesó que
desconocía que existieran. A veces ni el alto mando sabe, pero allí están.
El
general Gallardo muestra un documento donde dice que esa prisión del Campo
Militar Número Uno se creó para encarcelar a la disidencia: Ese documento me lo
encontré en la biblioteca de la prisión, donde me mandaban castigado. ¡Hágame
el favor! De hecho se sabía que en ese crematorio incineraron a personas de la
matanza estudiantil del 68.
Gallardo
Rodríguez es un disidente del Ejército aún perseguido, amenazado de muerte,
pero convertido en símbolo de la defensa de los derechos humanos, actividad que
le ha generado consecuencias en su vida personal y profesional por enfrentarse
al gran poder del Ejército.
La
Secretaría de la Defensa Nacional siempre lo negará, aunque exista evidencia.
Pero claro que tiene crematorios. También niegan tener prisiones con civiles,
pero yo estuve preso nueve años y vi gente encarcelada. Es más, les digo donde
están esas prisiones y hornos clandestinos. En el Campo Militar Número Uno hay
sótanos con gente presa. A mí me metieron en uno, desnudo, y había civiles. Vi
cables, botes de agua, todo lo que usan para la tortura. Pensé que me iban a
matar.
Según
su experiencia, en los cuarteles militares ubicados en el estado de Guerrero
hay prisiones clandestinas con personas consideradas por el Estado como
disidentes: De hecho han exhumado restos de algunos cuarteles en Guerrero.
El
expediente del general Gallardo ha sido atendido por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y otras organizaciones que han
emitido recomendaciones que el Estado mexicano se ha negado a atender
debidamente para restituirle sus derechos, retirados de manera ilegal hace 20
años.
Considera
que el Ejército no se abrirá para la investigación sobre la desaparición
forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa: ¿Quién puede hacer semejante
desaparición? Todo apunta hacia el Ejército. El primer día de los hechos de
Iguala yo dije: fue el Ejército. Son los únicos responsables porque tienen
militarizado todo el Estado. ¿Quién es el máximo responsable? El comandante
supremo de las fuerzas armadas, Enrique Peña Nieto.
Su
hipótesis del exterminio de los normalistas de Ayotzinapa es clara: El gobierno
tiene catalogadas las normales rurales como focos de disidencia. Es un crimen
de lesa humanidad, porque es el exterminio de un grupo específico de población
como el de Ayotzinapa. Aquí se tutela un manto de impunidad que ha permitido
estos crímenes. Es necesario que el Ejército se someta al poder civil del
Estado, pero mientras no haya una reforma del Ejército esto no se va a
solucionar. Así que tendrán que intervenir los organismos internacionales para
investigar este crimen, el Ejército no lo va a permitir.
Y
concluye: México es una sociedad militarizada hasta la médula.
El Siglo.
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