Un abogado y escort realizó el informe durante años
“No hay casos de pedofilia ni algún caso de conducta penalmente relevante”, aseguró
Francesco Mangiacapra, es un escort quien fue testigo de diversos encuentros sexuales de miembros de la Arquidiócesis italiana, con lo cual presentó un informe el miércoles ante la Iglesia de Nápoles, ciudad en la que vive.
El hombre de compañía, quien también es abogado, armó el reporte con unas mil 200 páginas de testimonios, fotos y capturas de pantalla.
En el texto se involucra a 34 sacerdotes y seis seminaristas de diferentes diócesis italianas en diversas prácticas sexuales. Algunas de las historias fueron reveladas por el sitio de noticias Gay News, citado por Infobae, el cual tuvo acceso a algunos extractos del informe.
Uno de los casos es el de un religioso obsesionado con el sexo grupal, quien mediante diversas aplicaciones como Grindr y Romeo, usadas por hombres que quieren tener relaciones con otros hombres, invitaba a distintos jóvenes a la rectoría para llevar a cabo orgías allí mismo.
Otro ejemplo es el de un párroco de Potentino quien salía del templo todos los sábados por la noche para ir a boliches gay.
Ahí bebía de forma descontrolada hasta embriagarse, bailaba con diferentes hombres y se iba con alguno de ellos, para terminar la noche en un hotel.
Según el documento, otros más deciden pagar para obtener la compañía de alguien. Para eso usan la aplicación Postepay, con la cual pueden hacer pagos desde el celular de forma discreta.
Tal es el caso de un obispo de la basílica de San Giovanni, en Laterano quien, de acuerdo con Mangiacapra, salía de noche con su chofer y se hacía pasar por diplomático. Cuando hallaba a algún joven que le atraía, le prometía trabajo y otros beneficios a cambio de sexo. También le gustaba pedir escorts y pagarles con Postepay.
Finalmente, Mangiacapra explicó sus motivos para hacer estas revelaciones: “el comportamiento de los eclesiásticos que menciono es, en muchos casos, resultado de la impunidad a la cual los han acostumbrado los líderes de la Iglesia. La injusta tolerancia que alimenta la idea de que se puede seguir separando lo que se hace de lo que se predica, como es típico entre quienes tienen una doble moral esquizofrénica”, expresó.
Lee el texto completo en Infobae
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