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Colombianas no tuvieron oportunidad de vivir, en un Estado con graves carencias en Salud


Jonathan Cuevas. 

Chilpancingo, Gro., marzo 04 de 2018.- Aunque ingresaron al hospital al borde de la muerte, a las dos colombianas accidentadas en el automóvil de #LordFerrari no se les dio siquiera una esperanza de vida. 
La ausencia de familiares, la falta de material básico y una sala especializada para personas quemadas, que existe, pero está cerrada en el Hospital General de Chilpancingo, fueron los elementos que aseguraron su muerte.
Dayana y Zaira fueron víctimas, no sólo de un hombre y sus escoltas que las dejaron abandonadas a su suerte en la Autopista del Sol; también de las omisiones del Gobierno de Guerrero que ha ignorado los constantes llamados de médicos y enfermeras para que el nosocomio sea abastecido de material para curaciones y equipo en buen estado.

"Se hizo todo lo posible"... caos en el hospital

La noche del lunes 26 de febrero, las dos extranjeras ingresaron a la sala de shock alrededor de las 20:00 horas, en un estado crítico y con pocas esperanzas de vida, pero conscientes, suplicando ayuda. 
Esa hora es el cambio de turno y los médicos que saldrían de su guardia, por mera ética profesional se quedaron hasta las diez u once de la noche, sin saber hasta ese momento la identidad y nacionalidad de las pacientes. 
Esa noche como casi todas, relata un médico a este medio informativo, hubo varias urgencias que atender y el ingreso de las dos jóvenes accidentadas coincidió con el de un hombre que había sido herido de bala y estaba perdiendo mucha sangre, por lo que todo el personal de los dos turnos que había en ese momento, se apoyó en el trabajo. 
"El urgenciólogo fue realmente un héroe", indica, al señalar que, aunque no se logró salvar la vida de Dayana y Zaira, se hizo un esfuerzo sobrenatural porque en ese momento no contaban con hojas de bisturí, guantes, gasas, sondas, jeringas, agujas y todo el equipo necesario para curación y transfución.  
Eran alrededor de diez médicos enfocados a la atención de las jóvenes colombianas, encabezados por el cirujano que es la persona indicada para atender este tipo de casos. 
"Trabajamos con lo que teníamos", relató el médico al momento que se decía sorprendido por el aguante que tuvieron las dos mujeres que llevaban quemaduras de tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo. 
Y es que comúnmente en casos así, del dolor las personas suelen sufrir un infarto y morir en poco tiempo, sin embargo, Dayana y Zaira mostraban sus ganas de vivir al soportar 72 y 24 horas en ese estado. 
De entrada, para los médicos fue difícil canalizar a las pacientes (colocar los catéteres) porque no les detectaba las venas, pues la piel estaba literalmente rostizada. Después, conseguir el material necesario agravó el caos, porque de un tiempo a la fecha tienen que buscar el material en otras salas y, si lo encuentran, firmar un documento en el que se indica lo que se está prestando de un área a otra. 
El doctor que pidió permanecer en el anonimato, lamentó que el personal siga trabajando en estas condiciones pese a las protestas que han realizado para que la administración central del sector salud del Gobierno del Guerrero, dote del material, medicinas y equipo necesario al Hospital General "Raymundo Abarca Alarcón", de Chilpancingo, que atiende a pacientes de al menos 13 municipios del Centro de Guerrero. 
Explicó que a raíz de las declaraciones que han hecho públicamente para exigir mejoras en el nosocomio, se ha centralizado aún más la dotación de material y, en el caso de las enfermeras están siendo hostigadas. 
No obstante, las carencias se han agravado desde hace dos años durante la actual administración priista que encabeza Héctor Astudillo Flores, pues ahora los médicos tienen que llevar por cuenta propia su material de trabajo si quieren brindar un mejor servicio, y protección si no quieren contraer alguna infección o virus.

La sala que nunca funcionó

El hospital de Chilpancingo cuenta con una sala especial para quemados, según el médico consultado, pero desde que se abrieron las puertas al público no ha podido funcionar por falta de equipamiento. 
Esta área se ubica en la segunda planta del edificio y consta de varias salas y camillas, que hoy se ocupan para ginecología. 
El doctor afirma que esta sala está quedando en el olvido porque "ya ni siquiera se habla de ella", pero el personal sabe que desde el inicio de funciones en el hospital, se proyectó de esa manera. 
Esto se pudo confirmar por publicaciones en periódicos del año 2010, un año antes de la inauguración del nosocomio proyectado como "de primer mundo". 
En ese tiempo, el entonces gobernador Zeferino Torreblanca Galindo firmó un convenio con la fundación "Río Arronte", para equipar el hospital con una donación de 30 millones de pesos que contemplaba el área para pacientes quemados. 
En el convenio involucraba la participación de la fundación Michou y Mau, y entre las novedades destacaba la instalación de un pabellón para atender personas con quemaduras que sería único en el Estado y el sur del país. 
Además se haría una capacitación por parte de Michou y Mau que se dedica a la atención de personas quemadas, (principalmente niños) que dirige Virginia Sendel, quien un año antes, en 2009, recibió del Congreso de Guerrero la presea "Sentimientos de la Nación". 
Los años pasaron igual que los gobiernos de Ángel Aguirre Rivero, Rogelio Ortega Martínez y ahora Héctor Astudillo Flores, pero ninguno de ellos o sus encargados en el sector salud, volvieron a hablar del área para quemados en el hospital de Chilpancingo. 
Tras el accidente, ni el gobernador Héctor Astudillo ni sus colaboradores han mencionado que en el hospital estaba proyectada un área especial para pacientes de este tipo, que nunca funcionó, aunque el espacio sigue proyectado.