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Miles de ciudadanos se convierten en héroes tras el terremoto

¿Cómo se organiza un grupo de desconocidos ante una catástrofe?

Civiles, policías, marinos, y hasta repartidores de pizza trabajaron codo a codo durante la noche y madrugada de este miércoles luego del sismo de 7.1 grados que sacudió varios estados de la República

Por Juventino Montelongo

Ayer martes 19 de septiembre se registró un terremoto de magnitud 7.1, el cual afectó principalmente los estados de Puebla y Morelos, además de la Ciudad de México, por lo que hasta el momento se han registrado 224 personas muertas.

Aquí en la capital de la República, como en las demás entidades, la respuesta de las personas ante la tragedia fue inmediata: decenas de sobrevivientes comenzaron a sacar a quienes quedaron atrapados entre los escombros de lo que fueron oficinas, escuelas o departamentos.

Las calles se paralizaron por un momento, literalmente, ya que no había energía eléctrica y los semáforos de la capital dejaron de funcionar: los vecinos de las zonas aledañas a las principales avenidas de la ciudad se organizaron para comenzar a dirigir el tráfico y evitar accidentes.

Mientras esto sucedía, en otros lados de la ciudad se registraban derrumbes, como en Torreón 64, casi esquina con Viaducto Miguel Alemán; Concepción Béstegui y Yácatas; un departamento y una casa en Nicolás San Juan 237 y todo un edificio en prolongación Petén y División del Norte.

En todos ellos había elementos de la Marina, policías, rescatistas de la Cruz Roja u organizaciones civiles, además de cientos de ciudadanos que armados con palas, picos y cubetas, comenzaron a levantar los escombros que cubrían a decenas de personas.

Pero, ¿cómo es que todos ellos comenzaron a organizarse?

Primero, en muchos lugares no había internet, lo que se sumaba a la falta de luz y al servicio intermitente de telefonía. Así, la comunicación entre las personas que intentaron ayudar complicaba las labores de rescate.

Ante esto, las personas comenzaron a pegar carteles en las calles indicando en dónde había derrumbes y por ende necesitaban ayuda. La consigna era llevar cubetas, mazos, cubrebocas y agua embotellada, entre otros artículos.

Dos horas después del terremoto, registrado a la 1 de la tarde, la organización comenzó a tomar forma.

Mientras hubo luz de día no hubo tantas complicaciones para ver por dónde sacaban a las personas rescatadas, además de las mascotas de las mismas. El problema comenzó cuando se hizo de noche y empezaron a escasear las lámparas.

Todos, de nuevo, se organizaron para ir planeando el rescate, coordinados por expertos en el tema. Fue así como motociclistas de pizzerías, cobradores o shoppers formaron una fila para iluminar las zonas de desastre con sus vehículos.

Transportistas, a su vez, llegaron a las zonas de desastre con sus camiones de carga para sacar escombros. Civiles con botellas de agua y cubrebocas repartieron la ayuda entre los rescatistas, otros más llevaron pan y sándwiches para entregarlos a quienes llevaban horas trabajando.

La ayuda que comenzó a las pocas horas de haber ocurrido el temblor se prolongó durante toda la tarde, noche, madrugada y la mañana de este miércoles 20 de septiembre, gracias a cientos y cientos de ciudadanos organizados y empáticos con la sociedad.

Toda esta ayuda no dejará de ser necesaria, así que si cuentas con víveres o herramienta puedes acudir a entregarla a centros de acopio cercanos.

También es recomendable estar al pendiente de las cuentas oficiales del gobierno en redes sociales y no difundir rumores que alertan de más sismos.