Solicitó su ingreso en 22 y 18 lo aceptaron
Quiere ser ingeniero con enfoque en biología y tiene grandes metas y proyectos
José Alberto Aceves Salvador, hijo de migrantes mexicanos, además de graduarse de la secundaria como el primero de su clase próximamente ya fue aceptado en 17 universidades de Estados Unidos, entra ellas se encuentran siete de las ocho más prestigiosas en todo el país vecino como Harvard, Cornell, Princeton, Yale, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), UCLA y UC Berkeley.
La octava universidad, la de Pennsylvania lo puso en su lista de espera.
“Solicité mi ingreso a 22 universidades, 18 me aceptaron. Quiero estudiar ingeniería enfocada en biología”, afirmó José.
El joven de 17 años superó todas las expectativas y pronósticos en su contra, los cuales clasifican a estudiantes como él (de escasos recursos) en una categoría que les da pocas posibilidades de graduarse de la secundaria e ir a la universidad.
“No la hemos tenido fácil en la casa. Mis padres trabajan muy duro. Vinieron a este país cuando tenían 20 años. Yo soy el menor de mis hermanos. Los tres nacimos aquí”, explicó José.
Aceves Salvador creció en el barrio angelino de Koreatown y acude a la escuela secundaria New Open World Academy desde quinto grado.
Su madre trabaja en la limpieza de un hospital y su padre es cocinero.
Su madre casi siempre estaba en el trabajo, sus hermanos mayores siempre andaban afuera con sus amigos y él permanecía en casa con su padre quien sufre problemas de alcoholismo.
“Cuando solicité entrar a todas estas universidades me sentí abrumado. Pensaba que no tendría oportunidad y no me iban a aceptar”, afirmó.
Sin embargo, cuando las misivas de aceptación comenzaron a llegar a su casa, la preocupación se volvió en alegría y agradecimiento para sus progenitores.
“Ellos me empujaron a hacer lo más que pudiera. Me decían cada día que me pusiera las pilas, que diera el 100%. Ellos son mi motivación. Todo lo que he hecho ha sido con su ayuda. Están muy orgullosos”, contó el joven.
Especialmente habló de su madre quien ha sido su mayor influencia. Aveces cuando su padre solo obtenía un empleo de medio tiempo, ella pasaba a ser la principal proveedora de la familia. “Quiere una vida mejor para nosotros de la que ellos tuvieron. Quiere que siga mi pasión”, comentó José.
Toda su vida ha tenido limitantes económicas, nunca ha tenido una recámara propia. Ha compartido con sus padres y dos hermanos, un departamento de una sola recámara. “Aprendí a estudiar con ruido” acepta y sonríe.
El año pasado, Aceves Salvador se convirtió en uno de los estudiantes que el Fondo de Defensa de los Niños (Children’s Defense Fund) reconoció con los premios Venciendo los Pronósticos de 2016 en California (California Beat the Odds).
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