“La gente se siente mucho más protegida con ellos que con la autoridad oficial”, dijo
Ha sostenido encuentros con la delincuencia para pedirles que dejen en paz a los sacerdotes
El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que durante sus labores en algunos lugares de Guerrero ha dialogado con ciertos grupos de la delincuencia organizada, a quienes les ha pedido que dejen en paz a los sacerdotes o catequistas.
Pese a esto, en las pláticas los delincuentes le han expresado sus puntos de vista, con lo que ha comprobado que tienen una base social en las comunidades en las que se siembra la droga.
El religioso señaló que en esos lugares las personas quieren a estas organizaciones: “estos grupos (delictivos) me dicen ‘nosotros somos narcotraficantes, pero no sicarios’, y la gente en general dice ‘nosotros los queremos'”.
“O sea, la gente se siente mucho más protegida con ellos que con la autoridad oficial. Lo que yo he dicho es de que las autoridades de los distintos niveles de gobierno han dejado un vacío de poder, un vacío de acción social que los están llenando, por así llamarlos, los grupos delincuenciales”, continuó Rangel Mendoza,
Rangel Mendoza aseguró que las agrupaciones criminales dicen buscar el bien común y al seguridad: “yo lo que puedo decir es de que estos grupos se quejan de que han olvidado mucho a la gente y es por ello que tienen un cierto resentimiento contra la autoridad”.
El presbítero puntualizó que en los sitios en los que operan existen bajos índices de desarrollo social; en los pueblos de la Sierra, ejemplifica, no se cuenta con médicos ni hay caminos.
Actualmente, Rangel Mendoza busca que la organización internacional Médicos sin Fronteras vaya a estas comunidades para atender a la gente que está abandonada.
El Obispo, quien el 16 de febrero del 2016 dio un discurso en el estadio “Venustiano Carranza”, en Morelia, durante la visita del Papa Francisco, enfatizó que ha platicado con jefes de la delincuencia organizada para pedirles que ya no amenace a los sacerdotes.
Rangel Mendoza dijo en entrevista con el diario Reforma que los operativos en distintos puntos de Guerrero no han funcionado; la creciente violencia es la preuba de ello.
“En el 2014, en Chilapa, un el crimen organizado secuestró y asesinó el sacerdote ugandés John Ssenyondo. Yo siempre he hablado del diálogo. Por ejemplo, un día que amenazaron a un sacerdote, yo agarré a una religiosa y me fui a buscar al jefe, a quien le supliqué que no le hiciera daño al sacerdote, porque si lo hacían se iban a echar encima a la gente y a las autoridades e iba a haber un gran desorden, pero gracias a Dios se arregló este problema”, dijo el presbítero.
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