ACAPULCO,
Gro., 18 Julio 2016.- En los últimos días que han transcurrido en este delicado
puerto, los habitantes del llamado anfiteatro o más buen el populacho del
Acapulco sobreviviente, han vivido en la zozobra, la incertidumbre y la
impotencia.
Vivir
entre los muertos no es fácil. Ver como matan a tus vecinos y la gente que te
rodea tampoco.
Mientras
que el gobernador que dice gobernar este estado y a quien ya nadie le cree, da
un show-conferencia, los asesinatos no cesan. Y mientras más habla más se
cometen asesinatos. Cada vez que el gobernador abre la boca para decir una
garrafal tontería, se comete una asesinato.
Que
triste es vivir en la zona del miedo!. En la mira. En un lugar donde en 15 días
se han cometido 5 crímenes o màs con un saldo de casi diez muertos. Eso a quien
le importará? Si al gobernador no le importa porque no son turistas ni gente
importante. Si al alcalde tampoco le importa, porque no son de su familia ni
son sus amigos. Si a los que dirigen las policías tampoco. Que además tenemos
que soportar las arbitrariedades y corrupciones de la Gendarmería y la Policía
Federal que no hacen nada más que ser los cómplices de los que tienen
secuestrados este puerto. A quien le importará?
Ayer
la franja comercial de La Laja lució cerrada. Abandonada. Pocos comercios
abrieron por la racha de asesinatos que ha habido de comerciantes de la zona.
Qué pasa?
Han
asesinado a mucha gente trabajadora que a nadie le importa. Acapulco se está
quedando desolado, triste y abandonado por sus mismas.auroridades que ya ni a
sus muertos les permiten recoger. La gente opta por llevarse a sus muertos
evitando a los policías corruptos y orejones que filtrarán información de los
hechos. Ya no hay confianza en nadie ni en nada. Hasta que punto hemos llegado
ya que no lo sabemos. Quién va ganando? La narcoviolencia o la
narco-corrupción. La gente no sabe a qué se enfrenta ya cuando sucede un hecho
referente. No saben si llorar o pedir perdón.
Mil
veces lo han dicho: vivimos en tierra de nadie donde la gente se rasca con sus
propias uñas. Pero no queda de otra más que seguir aguantando. Seguir viviendo
los asesinatos de cerca, las marchas de maestros de la CNTE; las show
conferencias y las idioteces que dicen
el tal Astudillo y el Evodio.
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