ACAPULCO,
Gro., 18 Julio 2016.- La comunicación del gobierno estatal ha llevado un manejo
rijoso hacia la movilización que mantienen los maestros disidentes de la CETEG.
En spots de radio pagados se abrió desde hace semanas un frente de conflicto,
el reciente desplegado de la Secretaría de Educación Guerrero, donde se hace
público el despido de maestros faltistas, fue una alarde de insensibilidad.
En
los spots de referencia, se pretende desmentir a los mentores hacia críticas y
señalamientos que hacen a la Reforma Educativa. Curiosamente, a pesar de éstos,
padres de familia se han sumado en respaldo de los bloqueos y marchas
cetegistas.
El
gobernador Héctor Astudillo trató de matizar el tema de los despidos, acotando
que sólo obedece el mandato de la federación y de la propia ley, lo cual es
cierto, pero el error estriba en la forma en que conduce su relación con este
movimiento social: por la vía de la confrontación.
Los
giros discursivos del gobernador lo han llevado incluso a decir que aunque los
van a correr, les pagarán hasta el último peso de su salario, como si sus
devaneos en algo ayudaran a despresurizar la tensión que vive la lucha
magisterial no sólo en Guerrero. Sólo irritan por inconsistentes.
Estos
arrebatos del gobierno estatal de los últimos días, se han realizado cuando a
nivel federal se realiza una complicada negociación entre la Secretaría de
Gobernación y los maestros de la Coordinadora.
La
torpeza con que se “atiende” la movilización magisterial de la CETEG pone en
riesgo la temporada turística de verano. En vez de fungir como mediadores ante
la federación de algunas de las justas demandas de los maestros, se opta la vía
de azuzar el conflicto.
Los
maestros de la CETEG por su parte, tendría que dar muestra de la inteligencia
que no acredita sus interlocutores estatales, actuar con sensatez y dirigir sus
protestas a las instancias pertinentes.
El
rechazo de grupos de empresarios, el daño que harán a miles de familias si
colapsan la temporada vacacional, y el enojo de los propios vacacionistas (se
suscitó un incidente entre un turista y el vocero Walter Añorve), marcan que el
límite de la tolerancia a sus movilizaciones ya se ha agotado.
Sería
torpe no solidarizarse con los argumentos válidos que esgrimen los maestros. La
Reforma Educativa se extralimitó y deben ser corregidos varios aspectos de
ella, como la parte punitiva laboral; y los términos de la evaluación
magisterial. Otros deben seguir adelante.
Agradezco
la confianza que depositaron en mi los directivos de Diario 17 para integrarme
a la Subdirección Editorial de este importante medio, pero por razones
personales y profesionales, me es imposible continuar en este esfuerzo y
anuncio mi separación de este proyecto periodístico, donde si me lo permiten,
seguiré colaborando en la sección de Opinión.
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