CIUDAD
DE MÉXICO, 20 Abril 2016.- Una universitaria cursaba el último año de sus
estudios, como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba
que era de izquierda y, como tal, estaba a favor de la distribución de la
riqueza.
Tenía
vergüenza de su padre, un empresario exitoso. Él era de derecha y estaba en
contra de los programas socialistas. La mayoría de sus profesores le habían
asegurado que la de su papá era una filosofía equivocada.
Por
lo anterior, un día ella decidió enfrentar a su padre. Le habló del
materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle ver cuán
equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.
En
eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó: ¿Cómo van tus
estudios? Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta.
Tengo
promedio de 9 hasta ahora, me cuesta bastante trabajo, prácticamente no salgo,
no tengo novio y duermo cinco horas al día, pero, por eso ando bastante bien, y
voy a graduarme en tiempo.
Entonces
el padre le pregunta: Y a tu amiga Melisa, ¿Cómo le va?, la hija respondió muy
segura: Bastante mal, Meli no se exime porque no alcanza el 6, apenas tiene 4
de promedio.
Pero
ella se va a bailar cada semana, pasea, fiesta que hay está presente, estudia
lo mínimo, y falta bastante... no creo que se reciba este año.
El
padre, mirándola a los ojos, le respondió: Entonces habla con tus profesores y
pídeles que le transfieran 2.5 de los 9 tuyos a ella, esta sería una buena y
equitativa distribución de notas, porque así las dos tendrían 6.5 y se
graduarían juntas.
Indignada,
ella le respondió: ¿Estás borracho?, ¡Me rompo la madre para tener 9 de
promedio!, ¿Te parece justo que todo mi esfuerzo se lo pasen a una vaga, que no
se esfuerza por estudiar?, aunque la persona con quien tengo que compartir mi
sacrificio sea mi mejor amiga... ¡¡No pienso regalarle mi trabajo!!
Su
padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja:
Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno, este mensaje es muy cortito,
pero tremendamente claro y se aplica al 100 por ciento en nuestra realidad
social.
El
pensamiento es de A. Rogers (1931) quien sostiene que: El gobierno no puede
entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a otra persona, cuando la
mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que
trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando
esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les
quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo... ...es el
fin de cualquier Nación, no se puede multiplicar la riqueza dividiéndola.
No me preocupa el grito de los violentos, de los
corruptos, de los deshonestos, de los sin ética... Lo que más me preocupa
es el silencio de los demás...
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