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Tras el asesinato del médico Ramón Javier Ayerdi, la nota en las redes sociales se hace viral

Fernando Cristales Andrade.

ACAPULCO, Gro., 11 Marzo 2016.- Se hace viral la noticia del médico acribillado en la colonia Progreso y las redes sociales se llenan de comentarios en contra del sistema de seguridad que han implementado los tres niveles de gobierno, entre ellos la comunidad médica de Guerrero.

Sin duda la muerte inesperada del joven y talentoso doctor Ramón Javier Ayerdi jefe de la unidad de traumatología del IMSS, obliga a los medios exigir a nuestros gobernantes replantear el esquema de seguridad en la ciudad y puerto de Acapulco.
Los operativos que llevan a cabo autoridades de los tres niveles de gobierno no son las adecuadas, la sola presencia de policías no inhibe la acción de grupos de la delincuencia, por ello se debe de exigir una nueva estrategia más directa para el combate directo con dichos grupos… la comunidad médica condena este atentado al libre ejercicio de cualquier tipo de trabajo, por lo que piden al presidente Evodio Velázquez, asuma su papel de presidente y garantice la seguridad de los Acapulqueños, al Gobernador Héctor Astudillo, también en conjunto con las instituciones se aboquen al esclarecimiento de este delito.

Att la comunidad médica de Gro., y la sociedad.

Por otro lado seguidores, de la red social Facebook responde a los hechos violentos que se han generado en la entidad como el usuario “Nikko Porras”, al enviar su opinión.

Opinión de Nikko Porras:

Aunque algunos insistan en negarlo, los grupos del crimen organizado siguen en Guerrero y la violencia se mantiene en Acapulco. No son pocas las denuncias de empresarios del puerto que aseguran que viven acosados por los criminales que siguen cobrando derecho de piso.
Según se sabe que en la entidad hay dos gobiernos: el de los “buenos” y el de “los malos”. Y es que los empresarios de Acapulco tienen que hacer un “doble gasto”. Por un lado, los hombres y mujeres del negocio tienen que pagar derecho de piso al crimen organizado. Por el otro lado deben destinar parte de sus ingresos a pagar los impuestos correspondientes al Gobierno. Ya sean restauranteros, hoteleros, dueños de centros nocturnos, de servicios turísticos o pequeños comerciantes, todos tienen que pagar doble.
Sin embargo, los empresarios acapulqueños parecen cansados de esta “doble ventanilla”. En consecuencia, piden que las autoridades los exente del pago de impuestos.
Los empresarios acapulqueños ya no piden seguridad –porque quedó claro que las instituciones ya se vieron rebasadas por el crimen organizado–; lo que piden es no pagar impuestos para poder pagar el derecho de piso que les exigen los criminales. Y es que, si dejan de pagar impuestos, seguramente serán amonestados y deberán pagar una multa. Pero si no cubren el derecho de piso, sus negocios serán incendiados, los comerciantes secuestrados e incluso asesinados.
A pesar de que los comerciantes siguen pagando sus impuestos, nadie sabe dónde están los recursos destinados a la seguridad, nadie entiende por qué siguen habiendo asesinatos, robos y secuestros. Por eso exhortan a la autoridad para que deje de cobrar tributos.
Durante varios años –de forma consecutiva– Acapulco ha sido catalogada como la ciudad más peligrosa del México. Incluso algunos países pidieron a sus ciudadanos evitar vacacionar en la entidad. Por eso los acapulqueños ya no quieren pagar impuestos.
Por definición, cuando el Estado es incapaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos, pierde sentido su existencia. Por eso, aunque suene descocado, aunque suene aleado de la realidad, el escenario en Acapulco es tan desolador que suena lógico el llamado a dejar de pagar impuestos para cumplir con las cuotas del crimen organizado.
Por lo pronto, en otro intento para salvar su patrimonio, la Asociación de Comerciantes Establecidos en la Costera de Acapulco hizo un llamado al gobierno federal, estatal y municipal para que los ayuden pues los grupos delictivos piden, a cada negocio, entre 15 y 20 mil pesos al mes de cuota.
Por eso no sorprende, que alrededor de 200 negocios de la Asociación de Comerciantes de la Costera han tenido que cerrar y mil 200 personas se han quedado sin empleo.
Por eso tampoco sorprende que Laura Caballero Domínguez –presidenta de esta Asociación de Comerciantes– invite a las 50 bandas delincuenciales que hay en Guerrero hacer un pacto para determinar en qué zonas van a seguir cobrando derecho de piso y así no “pagar doble”.

Por eso no sorprende que el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, reconociera que la violencia “no se va a resolver ni en tres ni en cuatro meses‎.