CIUDAD
DE MÉXICO, 24 Marzo 2016.- Nuestro país junto con Honduras y Venezuela encabezan
los países donde ha aumentado la pobreza, con un ritmo anual del 2.9 % durante
2015.
Bajos
salarios, carencias educativas y corrupción, estos son los factores que
perpetúan la desigualdad en México, donde según la Cepal aumentó la pobreza en
2015 pese a que el país presenta un crecimiento estable, envidiado actualmente
por la otra gran economía latinoamericana, Brasil.
En
su Panorama Social, presentado el pasado martes en Santiago de Chile, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que la
pobreza creció el año pasado en la región hasta los 175 millones de personas,
el 29.2 % de sus habitantes, frente a los 168 millones (28.2 %) de 2014.
Sin
embargo, el estudio se centró en el período 2010-2014 y allí llama la atención
que entre los países en los que la tasa de pobreza cayó, la mayoría, se
encuentra Brasil (con un -7.9 % anual), sumido actualmente en recesión tras
sufrir en 2015 una reducción del producto interno bruto (PIB) de 3.8 %, su peor
desempeño en un cuarto de siglo.
En
cambio, México se sitúa en el grupo de cola junto con Honduras y Venezuela, con
un aumento de la pobreza a un ritmo anual del 2.9 % en ese mismo periodo.
El
informe ha sido cuestionado por la Secretaría de Desarrollo Social mexicana con
el argumento de que usa una metodología de hace 30 años.
No
obstante, las autoridades admiten que los avances logrados en México entre 2010
y 2014 se centran en la pobreza extrema, que disminuyó en 1.5 millones, y la
pobreza extrema alimentaria, que bajó en 700 mil casos.
Una
reducción casi simbólica para un país donde el número de pobres en general se
sitúa en unos 55 millones de los casi 120 millones de habitantes.
En
opinión del experto mexicano Rodolfo de la Torre, “detrás de estas cifras de
crecimiento de la pobreza” subyace “una caída del ingreso laboral”.
De
la Torre, director de desarrollo social del Centro de Estudios Espinosa
Yglesias, afirmó a Efe que “a pesar de que ha aumentado el número de personas
que se han insertado al mundo laboral, la remuneración ha caído en los últimos
años”.
“El
salario mínimo en México ha tenido un crecimiento muy por abajo de la
productividad laboral y se ha mantenido entre los peores de América Latina”,
con 73.04 pesos diarios (unos 4.2 dólares), a pesar de varias iniciativas para
cambiar la situación.
Recientemente
el Congreso mexicano lo desindexó como referencia para multas, pagos y crédito
de viviendas, lo que según algunos trababa una potencial alza, y el Gobierno de
la Ciudad de México promovió una iniciativa para elevarlo más de un 15 %.
La
realidad fue otra. En diciembre la Comisión Nacional de Salarios Mínimos,
integrada por el Gobierno, las empresas y los sindicatos, anunció el incremento
de apenas el 4.2 % para 2016.
También
potencia la pobreza y la desigualdad el hecho de que “las personas en México no
alcanzan niveles educativos que les permitan niveles de productividad para
mejorar sus salarios”, con un promedio de escolaridad de apenas nueve años.
Además,
“hay muchos empresarios que han realizado su fortuna con esfuerzo propio y
otros por el poder monopólico ligado a decisiones gubernamentales, lo que
convierte estas fortunas en injustas”, destaca.
El
otro gran obstáculo es la corrupción, causante de “que el gasto público sea
inefectivo”.
Para
encarar este asunto, se ha lanzado la iniciativa ciudadana “Tres de tres”, con
el apoyo de más de 290 mil firmas, para que los funcionarios públicos revelen
su declaración patrimonial, fiscal y de intereses.
“La
desigualdad en el país sigue siendo muy elevada y eso es un obstáculo para la
movilidad social, que es lo que permite superar la pobreza”, argumenta De la
Torre.
Aunque
el especialista admite que en México “hay elementos históricos” que acreditan
la existencia de “una sociedad de castas”, remarca también que “del año 2000 al
2006 (durante el Gobierno de Vicente Fox) la pobreza se redujo”, algo que “ya
no ha ocurrido de forma tan clara” con Felipe Calderón (2006-2012) y con
Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Otro
aspecto a tener en cuenta: “la población más pobre ha sido la indígena”, una
cuestión que “sigue persistiendo y no ha podido ser atacada”.
Y
por supuesto la violencia del crimen organizado, que se presenta con más saña
donde más desatendida está la población.
“La
criminalidad no tiene que ver de una forma automática” con el fenómeno, “pero
la pobreza es caldo de cultivo para problemas mayores y puede llegar a
facilitar la violencia”, concluye.
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