Karen
Cota.
CIUDAD
DE MÉXICO, 16 Marzo 2016.- El lunes 07 de marzo, Milenio publicó una
investigación que nos llevó 5 meses descubrir y verificar: “El (falso) éxito de
la Cruzada contra el Hambre” de la que directivos estaban enterados y el
director editorial Carlos Marín, autorizó publicar.
El
martes 8 de marzo, la señora Rosario Robles Berlanga, visitó a Marín acompañada
por funcionarios de SEDATU y el director me ordenó entrar a una reunión con
ellos para confrontar nuestra investigación, hizo hincapié en que todo sería
“off the record”.
Consciente
de que teníamos argumentos sólidos, un compañero del equipo y yo defendimos
punto por punto la investigación, lo que provocó molestia, enojo y varios
manotazos en la mesa de parte de los funcionarios de Sedatu.
Los
asistentes fueron: Subsecretario Enrique Gonzáles Tiburcio, Rocío Bolaños,
directora de Difusión y otro asistente que no se identificó, mientras, Robles
se encontraba en la oficina de Marín.
Lo
sé porque la vi salir (la sala de juntas tiene pared de cristal y da vista
hacía la oficina del director editorial) y casi toda la redacción la vio
entrar.
Después Carlos Marín me llamó para decirme que
publicaría en primera plana el “desmentido” que tras escuchar mis argumentos
decidió llamar “réplica”.
Puso
a una reportera a escribir el documento que atribuyeron a SEDESOL pero que
argumentó SEDATU y que involucran una encuesta de INEGI, en primera plana le
atribuyeron al instituto que “La Cruzada sí funciona” como si el órgano
autónomo tuviera dentro de sus mandatos legales evaluar la política pública, hasta
ahora INEGI no se ha pronunciado al respecto, ni ha desmentido la “réplica”.
Tras
el encuentro con Marín, bajé a mi oficina y me di cuenta que había bajado
nuestra publicación del Home de Milenio.com y después de nuestra portada en la
sección DataLab; también se borraron algunos tuits y post de facebook.
Algunos
directivos convencieron a Marín que era un error y lo volvió a subir, pero
cambió el título y eliminó la palabra “falso” lo que ocasionó un completo
cambio al sentido del titular.
El
jueves siguiente renuncié a un trabajo que amé y en donde decidí dar toda mi
alma para contribuir a mejorar la manera de hacer periodismo, siempre creí que
había que ir a los medios y hacer tu mejor esfuerzo, pero hoy firmé la renuncia
formal.
Milenio
DataLab se terminó porque quien debió defender nuestro trabajo, no lo hizo, esperó
que aceptáramos trabajar bajo condiciones de censura y nula libertad de
expresión.
Fue
Carlos Marín, quien prefirió creerle a Robles Berlanga, que a los reporteros
que le estaban dando una revelación periodística importante y necesaria para la
reconstrucción de la credibilidad de los que ahí trabajan, incluida la suya.
Social Plugin