Prensa
Libre.
ACAPULCO,
Gro., 21 Febrero 2016.- Tan raro como una naranja de relojería”, es la
traducción que muchos le dan a la obra “A Clockwork Orange” del autor británico
Anthony Burguess que el gran Stanley Kubrick llevó a la pantalla grande con el
nombre de “Naranja Mecánica”. Ambas versiones de la obra tratan sobre la
distopía, es decir una sociedad ficticia indeseable en sí misma; en suma, la
antítesis de la utopía.
Nada
mejor para describir al grupo de cretinos delincuentes que forman lo que es el
partido político “Movimiento Ciudadano” en Guerrero, cuyos principales
personajes: Locutores de radio especialistas en matraquearía ahora convertidos
en expertos social media; arlequines de tradición familiar priista y panista
que construyeron su propio mito en breve paso por la prensa “progresista”.
Líderes
de colonia saltimbanquis que lo mismo obtienen beneficios de las despensas que
entrega el PRD que de cualquier otro partido de “izquierda”; ex rectores de una
universidad cada vez más alejada de lo académico y sí cercana a la lucha por el
poder político estatal. Y muchos otros especímenes más.
El
audio hecho público en la red social YouTube, donde el equipo cercano al
empresario gasolinero y ex presidente municipal de Acapulco, Luis Walton Aburto
y éste mismo, fraguan sus estrategias de guerra en contra del actual primer
edil porteño, Evodio Velázquez Aguirre, desnuda a la clase política que tiene
postrada a la otrora “Perla del Pacífico” y a Guerrero en general.
Para
nadie es extraño que Walton Aburto y su franquicia mal llamada “Movimiento
Ciudadano”, que compite con otras franquicias por el control del erario y las
mieles de poder que éste deja- reúna a sus empleados para diseñar estrategias
políticas y ordenar su aplicación, eso lo viene haciendo desde que ocultó su
real piel tricolor con la nueva dermis naranja.
Tampoco
es extraño que el gobernante en turno, en este caso el perredista Evodio
Velázquez Aguirre, utilice el erario para imponer corrientes de opinión a su
favor y someter vía billetazos y nóminas ocultas a medios de comunicación y
periodistas.
Pero
el episodio grotesco donde se exhibe a los “mariscales” waltonistas –todos
ellos desde hace años viviendo del erario- blandiendo sables y retumbando
tambores en contra del bisoño político perredista, así como las cuentas creadas
por el equipo de éste en redes sociales para atacar a sus adversarios
políticos, lo que también desnudan es la orfandad en la que estamos los
ciudadanos ante estos grupos de poder.
¿Acaso
cree usted amable lector que a alguno de estos grupos les interesa elevar el
nivel de vida de los acapulqueños o de los guerrerenses?, ¿Cree usted que es
factible que estos sujetos tengan la voluntad de cambiar desde las mieles del
poder la forma de hacer política y realmente ejercer el erario en favor de los
gobernados?
La
reyerta Walton-Evodio desnuda una vez más que mientras no se substituya esa
clase política tradicional, cuyos personajes de siempre y sus familias durante
lustros han vivido del erario, las cosas lamentablemente para Guerrero y para
Acapulco no cambiarán.
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