AGENCIAS.
CIUDAD
DE MÉXICO, DF., 04 Diciembre 2015.- “Los agentes de la DEA se tomaron fotos
junto al cadáver de Escobar y luego le cortaron parte del bigote para llevárselo”,
así lo dijo el coronel Hugo Aguilar Naranjo en su reciente libro "Así maté
a Pablo Escobar"
La
vida y muerte del capo narcotraficante colombiano Pablo Escobar sigue siendo
una prolífica fuente de información y anécdotas 22 años después de que fuera
abatido por la policía.
El
jefe del Bloque de Búsqueda de la Policía, coronel Hugo Aguilar Naranjo, cuenta
en su reciente libro "Así maté a Pablo Escobar" que miembros del
Departamento antidrogas de Estados Unidos (DEA) que participaron en su captura
se llevaron un trozo del bigote del narcotraficante.
Los
agentes de la DEA se tomaron fotos junto al cadáver de Escobar y luego le
cortaron parte del bigote, que no sé dónde estarán" recuerda Aguilar sobre
aquel día. "Yo le saqué el reloj que llevaba puesto. Está depositado en el
museo de la policía", cuenta el coronel Aguilar, ya retirado.
En
el libro, lanzando el 2 de diciembre, el ex oficial de la policía reveló
algunas de las fuertes conversaciones telefónicas que mantuvo con Escobar días
antes de ser ubicado y muerto.
Eran
conversaciones muy cortas de apenas unos segundos. Él llamaba a la habitación
donde estábamos concentrados haciendo el seguimiento y comenzaba a insultarnos
y darnos la dirección de nuestras familias para decirnos que las iba a
matar" explica. Aguilar recordó que a su vez le contestaba "que una
vez que lo atrapara lo iba a torturar y también mataría a su familia".
El
ex jefe policial recordó que Escobar era muy habilidoso y que para evitar ser
localizado a través del teléfono, entre otras cosas, colocaba cerca del aparato
la tapa metálica de una olla lo que desviaba la señal y la enviaba a casi 200
metros de distancia de donde estaba en realidad . "Más de una vez caímos
en casas y lugares en los que no estaba", rememora.
Escobar
fue detectado y muerto el 2 de diciembre de 1993 en Medellín por el grupo de
búsqueda que llevaba 15 días tras sus pasos.
El
hombre que dirigió aquella operación que duró apenas 15 minutos, recordó
también algunos de los problemas que tenían por la capacidad de Escobar para
infiltrar los grupos de policía que se formaban para detenerlo. En una ocasión
logró incluso infiltrar con mujeres un grupo especial de la policía a cuyos
miembros Escobar iba envenenarlos con cianuro.
Los
agentes de la escuela de formación empezaron a tener novias muy guapas con
hombres muy feos. Entonces yo interrogué a una de las chicas que confesó que el
patrón (Pablo Escobar) había contratado a 90 mujeres para que durante una
fiesta pusieran cianuro en la comida y bebida de los agentes", señaló
Aguilar.
Recordó
también que gracias a las agencias de Estados Unidos, la DEA y la CIA, fue
posible la detención de Escobar. "El avión fantasma, la tecnología y los
recursos fueron fundamentales para lograrlo" explicó. Aguilar dice en su
libro que con la aparición del grupo de búsqueda se cambió la forma en que
hasta ese momento se habían realizado las operaciones contra el
narcotraficante.
El
operativo para su detención fue tipo 'comando' porque hasta entonces
realizábamos operaciones con helicópteros, tanquetas y cientos de hombres y él
siempre lo detectaba y terminaba escapándose. Pero en esa ocasión organizamos
un grupo de 23 hombres muy expertos que terminó dando con él", señaló.
Tras
aquella exitosa operación el ex coronel Aguilar entró en una oscura etapa que
incluso lo llevó a la cárcel. Aguilar salió de prisión en mayo, tras cumplir
las tres cuartas partes de una condena de nueve años por vínculos con grupos
paramilitares.
Así
"Popeye" el famoso sicario y principal lugarteniente de Pablo Escobar
recordó aquel fatídico 2 de diciembre de 1993 cuando cayó muerto su jefe.
Su
lugarteniente "Popeye", preso, se entera de la noticia por medio de
la televisión. En sus memorias, cuenta el suceso: "La noticia recorre el
mundo, anunciando la muerte del Capo. Cuando me entero, se me embota la cabeza;
Iván Urdinola me llama a su celda, se le ve contento y dice: 'Popeye, esto es
lo mejor que nos pudo pasar a todos. Esta aseveración muestra lo que la mafia
siente por el hombre que tumbó la extradición. Los policías bailan en un solo
pie, un agente de la DEA corta medio bigote del cadáver de 'El Patrón' y lo
toma como recuerdo o quizá como un trofeo. Iván Urdinola llama a Cali y la
fiesta es total; los mafiosos del Cártel de Cali en la cúspide del poder.
Miguel Rodríguez, llorando de la felicidad, abraza a sus amigos. Gilberto
Rodríguez y Pacho Herrera (del Cártel de Cali) le acaban de ganar la guerra a
Pablo Escobar Gavina. Los tontos no saben que esos mismos agentes
norteamericanos van más tarde por ellos. Los ricos festejan en las calles, la
euforia llega a la clase política, a los empresarios, a la justicia, a la
embajada norteamericana. Todos paran sus actividades y arman una fiesta. El
Presidente de la República de aquel entonces de Colombia y sobreviviente de un
atentado por parte de Pablo Escobar, César Gaviria Trujillo, se pronuncia ante
el país, con una sonrisa en sus labios; anuncia de forma ilusa e ingenua el
final del terrorismo y la violencia, avizorando un gran futuro para Colombia;
los militares de plácemes; ministros y altas personalidades del país en euforia
colectiva. Los informativos enloquecidos; la prensa hablada vuelca todo su odio
contra el abatido Pablo Escobar.
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