CUATROCIÉNEGAS,
COAH.- Bajo la protección del gobierno de Coahuila, una nube de hombres armados
destruyeron e incendiaron casas, iglesia, escuela, centro de salud, salón de
acuerdos, plantas de luz, bodegas y dieron muerte a decenas de animales, todo
para apoderarse de las tierras del ejido Gabino Vázquez, de este municipio.
Los
hombres armados que arribaron al lugar llevaron consigo equipo pesado para
demoler las construcciones que ahí estaban edificadas porque esa propiedad, «de
acuerdo a la ley del gobernador Rubén Moreira», es del empresario Salvador
Kamar.
El
atentado terrorista se dio el pasado miércoles a las 20:00 horas. Los primeros
en llegar mientras la gente dormía fueron los sicarios del empresario
monclovense, quienes dispararon contra vacas, chivos y cuanto animal se
encontraba a su paso a fin de obligar a la gente a abandonar sus viviendas.
Además
en forma sorpresiva le prendieron fuego a las viviendas sin permitir que la
gente sacara nada de ellas. Los daños por este atentado son millonarios.
El
periodista Apolonio de la Cruz dio cuenta de los hechos e hizo un recorrido por
el lugar para corroborar las dimensiones de este atentado. De las decenas de
casas del ejido, de la escuela, de la iglesia, aun podían verse salir humo,
como fiel testigo de este crimen. Todo era caos y desolación. El ataque fue
certero. No quedó nada en pie. Solo un montón de campesinos heridos y uno, que
se atrevió a defender su propiedad, desaparecido.
Los
sicarios, quince en total, fueron comandados por el regidor plurinominal del
Partido de la Revolución Democrática de Cuatrociénegas, Octavio Cordero, en
representación del alcalde y el cabildo en pleno.
Gallinas
que lograron sobrevivir a las balas de los sicarios dan cuenta de los restos de
un chivo.
Los
ejidatarios temerosos de perder la vida solicitaron la presencia de la Policía
Acreditable, estos arribaron al lugar y actuaron hasta que no quedó casa en
pie, detuvieron a los ejecutores de esta artera agresión y «sospechosamente»,
tras recibir una llamada del secretario de gobierno Víctor Zamora, los dejaron
en libertad al arribar a la cabecera municipal.
En
el ejido todo es desolación. Los campesinos curan a sus heridos e inician la
búsqueda de su líder. No hay donde guarecerse de las inclemencias del tiempo ni
un lugar dónde suplicarle a dios. Se sabe que 35 campesinos del ejido Gabino
Vázquez aceptaron un préstamo de 20 mil pesos cada uno para la producción de
ganado y siembras, a cambio de devolver esos recursos con jugosas ganancias.
El
personaje que llevó los préstamos, a nombre del multimillonario Salvador Kamar
Apud, fue Hugo Vargas de León. Todos aceptaron entregar como garantía el título
de derechos agrarios, mismo que sería liberado al devolver el dinero con sus
respectivos intereses.
Pero
llegó la muerte del prestamista y la deuda quedó en el aire hasta que el nuevo
propietario Salvador Kamar Gómez hizo una simulación jurídica, con el apoyo del
Gobierno del Estado, y convirtió los papeles firmados como crédito en contrato
de compra-venta.
Sin
embargo, con todo y esta farsa, se desconocen las causas por las que el
gobierno aceptó el desalojo violento, la golpíza a las familias, la destrucción
de propiedades del gobierno federal, el incendio de las viviendas y la cruel
matanza de animales domésticos.
Esta
es una acción más de la crueldad que vive Coahuila solapada por el gobierno de
Rubén Moreira.
«¿Derechos
Humanos, qué es eso?» Se preguntó uno de los campesinos perjudicados aún con
visibles huellas del terror que vivieron a manos de sicarios protegidos por el
gobierno.
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