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Guerrero no se vive, se padece

CHILPANCINGO, Gro,. 7 Julio 2015.- La desaparición de los tres jóvenes trabajadores de la Secretaría de Salud (SSA) así como un abogado, y el hallazgo de cuatro cadáveres con huellas de tortura en un paraje de la comunidad serrana de Jaleaca dejan de manifiesto la incapacidad de los tres niveles de gobierno para garantizar la seguridad de los y las guerrerenses.
Los lamentables hechos evidencian que Guerrero ha pasado a convertirse en un estado de sitio, en el que se vive un contexto de militarización, y una evidente falta de garantías para los ciudadanos y las ciudadanas; Aquí  "el vivir" ha pasado a un segundo término, porque "el padecer" es la constante en lo cotidiano.
La tragedia de Guerrero no concluyó con las masacres de la infausta noche del 26 de septiembre del 2014, que derivaron en la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, ese fue tan sólo el momento en el que los ojos de todo el mundo se colocaron en el calvario de este páramo ubicado al sur de México, asentado, casi literalmente, sobre un cerro de calaveras.
El pueblo de Vicente Guerrero está al borde de una crisis humanitaria debido a la explosiva mezcla de miseria, exclusión social, violencia, corrupción e impunidad.
En la gente de a pie, en los intelectuales comprometidos así como en las voces críticas impera la idea de que hay un claro desdén de la clase política en su conjunto ante la catástrofe que se sufre el hogar de la Primera Provincia Libre de América.
Y han hecho hincapié en que la pobreza y la violencia no es un asunto cuya solución sea en sentido estricto el dinero y las balas. Las alternativas sin duda tienen que ver con el diseño y ejercicio de políticas públicas, de la mano con un estricto respeto de la ley.
Ante el terrible escenario que con el que se cierra este miércoles el teatro de la tragedia de Guerrero, surge la interrogante sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas en los últimos dos años.
Hay que recordar que a finales del año pasado el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong puso en marcha el Operativo Especial Tierra Caliente con el que dejó en manos de mandos militares la seguridad de prácticamente todo el estado de Guerrero.
¿En dónde están esos trabajos de inteligencia en los que comprometió a titulares de instancias como el Centro de Investigación en Seguridad Nacional (CISEN) y la Procuraduría General de la República (PGR)?
¿Cuáles han sido los resultados de la implementación de ese "mando regional" que recayó en manos del general brigadier Enrique Dena Salgado y con el que según el titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido se asumió la seguridad de 32 municipios de los estados de México, Morelos, y Guerrero?.

Entre columnas

Fernando Hernández Ramos