ACAPULCO,
Gro., 22 Julio 2015.- El medio ambiente es un sistema formado por elementos
naturales y artificiales que están interrelacionados y que son modificados por
la acción humana.
Se
trata del entorno que condiciona la forma de vida de la sociedad y que incluye
valores naturales, sociales y culturales que existen en un lugar y momento
determinado.
Lamentablemente,
el ser humano hace lo posible por atentar contra su propia especie y contra las
demás, a través de diversas acciones que afectan a cada uno de los elementos
que componen el medio ambiente. Comenzando por el suelo y el agua, los residuos
inorgánicos arrojados en la naturaleza constituyen una auténtica bomba de
tiempo: a menos que alguien los recoja, llegará el día en que se interpongan
entre los animales y el suelo.
En
el gobierno del Estado y en el gobierno municipal, no parece ser prioridad el
cuidado y conservación del medio ambiente, es carente de políticas públicas que
permitan la conservación del mismo.
En
el Bando de Policía y Gobierno Municipal de Acapulco, establece en su Capítulo
segundo De la Protección al Medio Ambiente, artículo 180.- El Ayuntamiento se
coordinará con las autoridades estatales y federales para la preservación,
restauración, protección, mejoramiento y control en materia de equilibrio
ecológico y protección al ambiente. Todo lo anterior es letra muerta para
autoridad local, así lo deja ver ante la anarquía que vivimos en nuestro
puerto. En el caso específico de los árboles, por citar algunos casos; en la
obra del ACABÚS en el tramo Av. Cuauhtémoc, no existe área verde, derribaron
árboles e incluso frente a la Presidencia Municipal, sin que ésta exigiera
algo. En Av. Costera Miguel Alemán esquina con Vía Rápida plantaron palmas, sin
dejar un sistema de riego, las cuales ahora se están secando. Se cortan árboles
sin control o permiso alguno, hasta los que datan por más cinco décadas, como
es el caso del árbol llamado Ceiba, ubicado en calle 7 esquinas, frente a una
tienda OXXO en el puerto.
Considero
que la Dirección de Ecología Municipal de Acapulco, tiene la relevante tarea de
incorporar en todos los ámbitos de la sociedad los criterios e instrumentos que
aseguren una cultura ecológica que anteponga el cuidado del entorno y la
preservación ambiental, así como en la toma de decisiones para incentivar y
promover el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, impulsando
nuevas formas de participación que alienten al ciudadano de manera individual y
en grupos organizados a intervenir en la formulación y ejecución de las
políticas públicas ambientales. Pero todo lo anterior, no lo realiza, no existe
control alguno del medio ambiente, solo ilegalidad, desinterés y falta de
conciencia.
El
actual reglamento de esa Dirección, es obsoleto, su última modificación fue
hace más de una década.
En
el caso del “Parque Ignacio Manuel Altamirano”, mejor conocido como “Papagayo”,
cuenta con una superficie 218,000 m², hace una década, era un gran pulmón para
nuestra ciudad, en la actualidad es una tristeza y preocupación la alta
deforestación que ha sufrido, se ha afectado la flora y fauna de manera
alarmante. Lo que más prevalece en dicho parque es; el comercio formal e
informal, y últimamente bebidas embriagantes, han sido demasiadas concesiones,
sin aplicar beneficios de esos múltiples ingresos. Basta ver la calle Manuel
Gómez Morín solo existen canchas, restaurantes y otros, han permitido derribar
árboles de manera impresionante, mismos que llevará muchos años recuperar esa
reserva ecológica, si es que se toman acciones con prontitud, pero parece que
eso no preocupa, ni ocupo a su titular. Estamos perdiendo esa reserva ecológica
y es urgente tomar decisiones y acciones que permitan la tarea individual y
colectiva para conservar el medio ambiente de nuestra ciudad.
Si
la autoridad no hace su tarea, nosotros como ciudadanos debemos hacer la tarea
que nos corresponde, de lo contrario, nos vamos a lamentar, pero demasiado
tarde.
La
conservación de los árboles es imprescindible para la vida sostenible de las
generaciones actuales y de las venideras. Sembrar árboles debe ser una tarea
cotidiana, derivado del problema que tenemos en cuanto al calentamiento global.
Los árboles no solo ayudan a purificar el medio ambiente y aliviar la
contaminación del aire consumiendo el dióxido de carbono, sino que también
proporcionan sombra y reflejan menos los rayos solares que afectan al
calentamiento global mediante el efecto invernadero.
Además
los árboles son los principales fundadores de los ecosistemas, siendo el
hábitat de miles de criaturas vivientes. Por esa razón, todos debemos sembrar
por lo menos un árbol por cada integrante de familia, quizás cada año, el amor
por el prójimo, es acción.
Oscar
Memije Franco oscarmefo@hotmail.com
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