CHILPANCINGO,
Gro., 05 Febrero 2015.- Las calles angostas de Chilpancingo se han convertido
en este anochecer en una trampa para la propia Policía Federal Preventiva, la
Gendarmería Nacional y la policía estatal de Guerrero, en su intento de asaltar
el zócalo y desalojar de ahí al movimiento social Guerrerense, instalado en
plantón de esa ciudad guerrerense, desde el 8 de octubre pasado.
El
impacto de las bombas lacrimógenas que la policía lanzo contra los
manifestantes, no hicieron mella en los miles de inconformes, que le
respondieron con palos, piedras y bombas molotov a la policía haciendo recular,
la poca movilidad de la policía por estas angostas calles ha marcado su
fracaso.
Los
maestros democráticos agrupados en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de
la Educación de Guerrero (CETEG), los padres de familia de los estudiantes
desaparecidos y asesinados y el movimiento social en Guerrero, instalados ahí
desde el pasado 8 de octubre se defendieron aquella noche con piedras, palos y
bombas molotov.
Que
junto al apoyo de estudiantes provenientes de la Normal Rural de Ayotzinapa y
de la Universidad Autónoma de Guerrero, quienes acudieron a reforzar la defensa
del plantón, frustraron este intento de la policía por querer remediar este mal
con la violencia.
Enrique
Peña Nieto está equivocando el camino de la solución y está buscando problemas
donde no los hay, esta batalla dada en las calles aledañas del centro de la
ciudad, duró aproximadamente media hora, lo que dejó un saldo de dos maestros
heridos y la detención de la maestra Rosalba Tapia Galeana, por parte de la
policía, quienes según testimonios estaba siendo jaloneada y golpeada por los
policías.
En
respuesta los maestros mantienen retenidos a los directivos de la empresa Coca
Cola, en Chilpancingo, responsabilizando al gobernador de Guerrero, Rogelio
Ortega Martínez, de la situación de violencia que se generó y pueda generarse.
El
hartazgo del pueblo está llegando a su límite y lo que bien se puede lograr
mediante el dialogo, está derivando en lo que ya se estaba previendo: el
recrudecimiento de la violencia en Guerrero.
En
Oaxaca la solidaridad se ha puesto de manifiesto y cientos han salido a las
calles en repudio al actuar del gobierno federal en Guerrero, que tratar de
solucionar este problema aventándole a la gente a la policía federal, urge la
solidaridad desde todos los frentes para el pueblo hermano de Guerrero.
César Martínez
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