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Con casi 10 billones de pesos, gobierno de AMLO heredará deuda histórica

Cada mexicano tendría que hacer una aportación de 79 mil 597 pesos para liquidar dicha deuda

Peña Nieto puede pasar a la historia como el presidente que dejó crecer la deuda pública varios puntos por encima de lo que la recibió, comentó un especialista

El próximo gobierno federal, que estará encabezado por Andrés Manuel López Obrador, heredará una deuda de 9.9 billones de pesos, que equivale al 2.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y la proporción más elevada que reciba una administración entrante en el siglo.

En este sentido, los compromisos del sector público, en términos per cápita, significa que cada mexicano tendría que hacer una aportación de 79 mil 597 pesos para liquidar dicha deuda.

El diario El Universal, se dio a la tarea de consultar a analistas sobre el tema, quienes señalaron que el nivel de deuda dejará poco margen a la administración del tabasqueño, quien se comprometió a continuar con la trayectoria descendente de estos compromisos financieros.

Mientras que el actual sexenio, comentaron, se recordará como uno en que la deuda creció varios puntos porcentuales, en el que se arriesgó el grado de inversión del país y que motivó llamadas de atención del Fondo Monetario Internacional, así como las calificadoras para hacer un esfuerzo por reducir pasivos.

Hace unos días el gobierno hizo una declaración de registro ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) para actualizar la capacidad para emitir bonos UMS denominados en dólares (United Mexican States).

Sin embargo, dicho trámite se interpretó como colocación de nueva deuda, por lo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) tuvo que salir a desmentir la información que se difundió en el extranjero por una agencia.

Al respecto, Jonathan Heath, economista independiente, indicó que Peña Nieto puede pasar a la historia como el presidente que dejó crecer la deuda pública varios puntos por encima de lo que la recibió, “Va a entregar la deuda en una charola de cobre en el mejor de los casos”, afirmó.

Cabe recordar que cuando Ernesto Zedillo terminó su gestión como presidente, en el año 2000, los pasivos del sector público ascendieron a más de 2 billones de pesos, lo que significó 30.6 por ciento del tamaño de la economía.

El siguiente sexenio, encabezado por Vicente Fox, dejó compromisos por 3.1 billones de pesos, monto mayor, pero que como proporción del PIB se redujo a 29.5 por ciento. En tanto, con Felipe Calderón los pasivos se elevaron a 5.9 billones de pesos y llegó a 37.2 por ciento en relación con el PIB.

Pero con Enrique Peña Nieto la deuda que incluye pasivos del gobierno, de la banca de desarrollo, fideicomisos, deudas del IPAB, de organismos y empresas públicas, así como apoyo a deudores y Pidiregas, sumó cuatro billones más a los que dejó Calderón, para ascender a 9.9 billones de pesos.

Indicó que en 2013 el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, intentó revertir la deuda, pero ese año la economía se encontraba muy débil, no hubo consolidación fiscal y empezaron a gastar, sin tomar en cuenta la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH).

Heath opinó que aunque la deuda heredada no será una tragedia, ya que está muy lejos de la crisis de los 80, sí hubo un gran sacrificio de un par de décadas para arreglar el problema que explotó en los 70.