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“La justicia en México está en crisis y el nuevo sistema penal es un caos”: Washington Post

El diario hizo un análisis del resultados del nuevo sistema a un año de su implementación

Con los altos índices criminales de este año, México atraviesa un periodo de “gran confusión”, cosideró TWP

Un año después de la implementación del sistema penal acusatorio en México, la justicia en México está en “crisis, el crimen ganó este año” y los resultados son un “caos”, publicó The Washington Post.

El diario que aun cuando oficiales mexicanos y estadounidenses han descrito dicho sistema como un elemento crucial para restaurar el orden en un país azotado por el narcotráfico, “confusión, dimes y diretes reinan en cada eslabón de la cadena legal”.

“Los policías se quejan de la perdida de tiempo en documentación laboriosa, los fiscales culpan a los jueces por librar a los criminales, los jueces acusan a los policías por su pobre labor que arruina las escenas del crimen. Mientras tanto los poderosos cárteles de la droga aprovechan las debilidades en el nuevo sistema”, acusó.

Desde el municipio de Ocotlán, Jalisco, el reportero Joshua Partlow entrevistó al juez Juan Antonio Rubio Gutiérrez, quien dijo que este sistema es como un “bebé recién nacido (…) estamos esperando que el sistema se ejecute, pero no es posible”.

El resultado del nuevo sistema penal es menos personas encarceladas. “México tiene 202 mil 700 prisioneros, en comparación con los 235 mil 900 que tenía antes de los cambios implementados en junio de 2016″, señaló el diario.

TWP destacó la necesidad de fortalecer a los policías y jueces, para ejercer su trabajo eficazmente y añadió que desde 2008, el gobierno de los Estados Unidos ha invertido más de 300 millones de dólares en el nuevo sistema de justicia penal, sobre todo equipar a las cortes y para entrenar a las policías y al personal legal.

Finalmente, el reportaje detalló que a diferencia del anterior sistema penal, en el cual los jueces dictaban sentencias entre montañas de papel y puertas cerradas, ahora miran cara a cara a los sospechosos, algo que el juez Rubio Gutiérrez calificó de “muy peligroso”.