El caricaturista murió a los 83 años
Al autor de más de una centena de libros ganó en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo gracias a su trabajo crítico hacia el gobierno y la iglesia
Este martes 8 de agosto murió el legendario historietista, caricaturista y escritor Eduardo del Río García, mejor conocido como “Rius”, a sus 83 años.
El autor de la serie Los Agachados, El manual del perfecto ateo, ABChé, Cristo de carne y hueso, Marx para principiantes, La Biblia, esa linda tontería, entre otros libros, murió durante las primeras horas de este día en Tepoztlán, Morelos.
“Triste noticia falleció Eduardo del Río ilustre michoacano de nacimiento y Morelense de adopción. Rius hizo la mejor caricatura política”, confirmó Graco Ramírez, gobernador del estado.
Rius escribió y dibujó más de 100 libros durante su carrera, lo cual le hizo acreedor al Premio Nacional de Periodismo en diferentes ocasiones.
Sus historias solían tener una fuerte carga política, de tendencia izquierdista utilizando un lenguaje coloquial con el cual explicaba diferentes temas de historia, filosofía y religión, los cuales además de ser plasmados en sus libros, publicaba en medios como El Universal, La Jornada, Proceso, La Prensa, El Chamuco, Los Hijos del Averno, Siempre! y El Chahuistle.
Vale la pena recordar que, durante una entrevista con La Jornada, se declaró abiertamente como ateo y anticlerical:
“Le tengo que agradecer a Dios que me volvió ateo, y a la Iglesia católica que me volvió anticlerical. Pero más que a esas dos instituciones nefastas, debo mi ateísmo a los libros (…) Los que creen en dioses les echan la culpa de todo –lo bueno y lo malo– a esos fantasiosos seres. Yo conozco a varios amigos y amigas que se las truenan, o se recetan sus honguitos, dizque ‘para ver a Dios’. Otros lo hacen con fines distintos, como para acrecentar y disfrutar más del sexo o para descansar o echar un viajecito por mundos psicodélicos. Claro que los ateos también disfrutamos del derecho de ponernos hasta atrás con un buen mezcal o un pulquito, o de surtirnos un buen porro de vez en cuando. Y sospecho que lo mismo hacen muchos de los que sí creen en esos ‘divinos’ seres. Finalmente, no hay que olvidar que el hombre hizo a Dios y no al revés. Y si quieren conocer las opiniones de muy insignes escritores ateos, los remito a mis dos libros de citas, aforismos y demás, Herejes, ateos y malpensados”.
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